MONÓLOGOS SOBRE ARTE
Capítulo dieciséis: ARCO, Feria Internacional de Arte Contemporáneo, 2023 (6).
Viernes, veinticuatro de febrero de dos mil veintitrés
… Pero, a estas alturas, tengo que decirlo, alto y claro, por si alguien no se había enterado todavía: a mí, lo que más me gusta de Arco son las galeristas (mujeres se entiende), son obras de arte en sí mismas. Los hombres, por serlo, no me gustan, aunque sí reconozco en ellos una cierta imagen elegante e interesante, pero como no deseo al género masculino (sexualmente, se entiende), pues no es lo mismo. Sin embargo, ahí están las mujeres, encantadoras todas, me parece, generalmente altas y delgadas, elegantes, sugestivas, misteriosas, deseables, fascinantes.
Además, las imagino en poder de una sabiduría especial: conocimiento de arte combinado con economía y relaciones sociales. ¡¡¡Cuánto me gustaría tener una novia galerista!!! A su lado, me parecería estar en posesión o al menos al lado del arcano insondable o de la piedra roseta del arte. Pero claro, no conozco a ninguna, y el principal escollo, insalvable, es que la mayoría son muy jóvenes para mí, y, además, se hacen las interesantes, o tal vez es que lo son, seguro que sí. Y, entonces, yo me acomplejo, o simplemente es que me da un ataque de decepcionante realismo. La verdad, es que también las hay maduras, y esta vez las he prestado bastante atención, por si acaso (yo, en Arco, casi miro más a la gente que a las obras), pero que va, ni mucho menos me han gustado tanto como las jóvenes…
La Fotografía: Como ellas son inaccesibles para mí (transito por la feria como el viejo palurdo que soy), me conformo con fotografiarlas en sus bellos marcos artísticos.