LOS DÍAS 1.2
Frío en el frío: cuentecito navideño con final feliz
Lunes, uno de enero de 2024
…Estoy alcanzando la omnipotencia porque juego con el tiempo. Lo que publiqué ayer como si fuera tiempo real no lo era, era de anteayer, y lo que publico hoy como de ayer, también era de anteayer, es decir, un día después, pero en segunda edición, de tarde. Es lo que tiene ser el puto amo en tu casa, que juegas a lo que te da la gana, a trastocar el paso del tiempo, por ejemplo.
Volví de dar un tímido paseo con Mi Charlie, que se había levantado llorando (eso es rigurosamente cierto y ajustado a tiempo real), y como era la víspera del nuevo año, me dije que tenía que quitarme la sensación enfermiza que me tenía acobardado (lo del virus) y prepararme para el acontecimiento de pasar de un año a otro dormido y sin pijama.
Me afeité, me duché, a pesar de que no esperaba visitas, y me dije que a media mañana de la última del año era un buen momento para hacer vida social.
En esto me llamó mi excuñado y me vino bien porque me dije: –mejor que empiecen ellos-. De vez en cuando hablo con él, cordial y amigablemente. Nos apreciamos. Es curioso ese parentesco, el más volátil que existe, funciona o no y tiene su razón de ser por las decisiones que toman otros: ahora sí, ahora no; y todo porque hermanos o hermanas lo deciden. Nosotros ya no somos cuñados, pero seguimos hablando de vez en cuando. En realidad ser cuñado no vale gran cosa, es un parentesco superfluo, sin importancia. Y llega a ser el colmo del despropósito cuando hay hijos de por medio en los que el cuñados se convierten, además, en tíos de pega, y en ahora sí, ahora no. Como los suegros, qué risa eso de ser suegro o yerno. Esos parentescos artificiales habría que eliminarlos en aras de la lógica, comodidad y pureza de sangre (menuda boutade) ¡abajo los cuñados, los suegros, los yernos y las nueras del mundo! Daros todos de baja.
Luego llamé a Naty, que es hermana de mi excuñado, y de mí ya nada (dependía de ella y solo de ella nuestro lábil parentesco de cuñados con el hombre de la primera llamada), para saber de su estado de salud. Hablamos de su solitario menú navideño de la cena que serían langostinos y todo, champán y uvas.
Luego llamé a un amigo, de los de siempre. Hablamos bastante de todo un poco. Y de menús navideños. Luego a otro, también de los de siempre, pero con este hacia cuatro meses que no hablábamos y tardamos un poco más en ponernos al día pero lo hicimos, vaya que sí. Y de menús navideños. Nos conocemos tanto que enseguida nos pillamos el chiste. Ahora vivimos historias paralelas: nos hemos hecho misóginos (el más), sin registrarnos en ningún sitio, no vaya a ser que tengamos problemas con el gobierno y adictos a la soledad (él más, también, pero es solo porque empezó antes en todo). Además es el único de mis amigos que lee este diario puntualmente por lo que merece todo mi reconocimiento…
La Fotografía: Las imágenes frías, impregnadas de soledad y silencio, están dirigidas al corazón invitándole a un diálogo que será sordo y mudo, porque este permanecerá en silencio.