LOS DÍAS 17 y 3
“El desengaño debe remontarse a las eras geológicas: quizá los dinosaurios sucumbieron a él…” Cioran
Domingo, cuatro de febrero de dos mil veinticuatro…
…Y llegó el domingo, para mí a la misma hora siempre, independientemente de la hora que me acueste. En los momentos de duermevela previos a levantarme, me pregunté por cuestiones delicadas y críticas (sobre sexo y carencias) y todas las respuestas fueron negativas (hace una hora me he censurado y he borrado las preguntas porque estoy harto de darme pena). Cuando me he despertado completamente, me he contestado seriamente: No, ya no. Nunca. Todo ha terminado ya, muchacho.
Entonces me he bajado de la cama tranquilo, sin llorar ni nada, y me he dispuesto a afrontar el día desapasionadamente, sin dolor, tranquilo, como si nada pasara y no, no pasaba nada.
A propósito de esta desoladora interiorización, ahora estoy oyendo en audible un libro genial titulado: Detrás del ruido, de un tal Ángel Martín (no lo conocía), narrado por él mismo y eso está estruendosamente bien porque al parecer, una de sus profesiones es monologuista, lo que le permite, además de aplicar un estilo chisposo, ameno, ocurrente, improvisar a veces sketch de lo más divertidos. Lo que hace de este libro excepcional es que lo es de autoayuda, pero sin monsergas. Inteligente, desmitificador, acertado y brillante en muchas ocasiones. Hay una frase, o más bien una cuestión clave que vertebra el ensayo-reflexión vivencial: Identificar y elegir entre -lo que quieres y lo que te interesa-. No es fácil, empiezas a entenderlo mucho después de todo lo malo. Sí, lo que más puede interesarte para llevar tú vida a buen puerto, sin brotes psicóticos (al parecer él tuvo uno que le costó un ingreso en un psiquiátrico, lo cuenta en el libro). Me lo estoy pasando genial oyendo a Ángel Martín.
Otras lecturas que alumbran mis días ahora: Don Quijote de la Mancha, en versión “actualizada” de Andrés Trapiello. Un gozo. Y, La última función, de Luis Landero, que me hace llorar pero también disfrutar del recóndito intimismo de sus vibrantes y tristes historias protagonizadas por personajes que caminan por las cunetas. Eso es la vida, también, cómo no. Los chistes ya nos lo sabemos todos, de memoria, además.
Ahora es la una, ya he paseado y hablado con mi amigo del alma, Armando, durante más de una hora. Hemos vuelto a estar de acuerdo en todo (somos incorregibles).
Dentro de media hora bajaré a comer, luego estudio, partido de fútbol y final del día.
La Fotografía: Y tú, si hubieras podido elegir ¿qué habrías querido ser en tu vida? Un Tiranosaurio Rex, tan feroz como el de la fotografía para poner en fuga a todos los indeseables que en el mundo fueran (puestos a elegir, un rey absoluto de todos los tiempos).