COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS 39
Lo peor de los narcisistas patológicos es su inconmensurable estupidez y el desprecio absoluto a cualquier valor moral (respeto a los demás)…
Lunes, diecinueve de Febrero de 2024
Ayer hubo elecciones territoriales en Galicia y 207.691 electores votaron a un partido traidor dirigido por un narcisista patológico vanidoso y manipulador (todas las gentes de esta clase lo son, además de inmorales y estúpidos por pueriles), el PSOE.
¡¡¡Asombroso!!!
Para mí, el que ese partido tenga un solo voto ya es síntoma de que algo huele a podrido en el país. O, tan solo que sus habitantes están abducidos por una fuerza exterior sobrenatural (tipo zombi). Cómo es posible que alguien que está destrozando la casa común sea apoyado por una sola persona de los que la habitan. Inconcebible.
Así es imposible confiar en un futuro ordenado para nosotros. Somos suicidas sin honor por dejarnos manipular por una sola persona y su banal necesidad de poder para sí.
El país está abocado a vivir en la pobreza material y espiritual ¿y por qué? Nadie lo sabe o nadie quiere saberlo; tal vez sea por pereza mental, tal vez por alienación, tal vez por sectarismo ideológico, tal vez por odio a los otros y a nosotros mismos, o, simplemente por necedad súbita incontenible.
Un narcisista patológico (vulgar y primaria psicopatía) es aquel que se cree merecedor de privilegios, con razón o sin ella, y utiliza a los demás para expandir su ego, a costa de lo que sea. No hay precio que no esté dispuesto a pagar, a costa de laminar valores y principios, o mediante la estafa a los ciudadanos a los que supuestamente gobierna; que es, en definitiva, una falacia propia de estafador porque lo único que hace es vaciar fraudulentamente los recursos de todos para alimentar su único y exclusivo ego. El desprecio a la inteligencia de los habitantes del país es absoluto, debe considerar que en vez de cerebro tenemos pulpa de boniato (seguramente tiene razón).
Decía un analista económico de un periódico (Daniel Lacalle), ayer mismo:
Las atroces cifras del Gobierno de Pedro Sánchez:
“La triste realidad de España es esta: más impuestos, más empobrecimiento, menos inversión y más deuda. La socialdemocracia no es la solución, es la ruina.
La deuda pública de España cerró 2023 en 1,575 billones de euros según el protocolo de déficit excesivo, un aumento del 4,8%. Sin embargo, y a falta del dato definitivo, la deuda pública total de España, los pasivos totales de las administraciones públicas, deuda que se debe y se paga, llegaban a los dos billones de euros, un 137% del PIB.”
Varias generaciones de españoles verán hipotecado su futuro y no porque irresponsablemente lo hayamos malgastado entre todos (salvo por el apoyo que otorgamos al lobo); sino, porque se lo ha gastado un individuo para su propia gloria. La destrucción es total, no solo económica sino que, además cambiará la estructura del estado y se cargará la unidad territorial (la cultural ya está laminada).
En este sentido, la razón es palmaria, el solo y sus secuaces (PSOE) han concedido tantas prerrogativas e independencia política a los nacionalistas que ya no podrá haber nunca igualdad entre españoles; luego el país como tal ya es inviable; por lo tanto, cuanto antes terminemos con la farsa mejor, tendrán menos tiempo para seguir haciendo daño. España como la hemos conocido durante más de cinco siglos ha muerto ya.
Me resulta incomprensible que este innegable prevaricador no sea procesado por evidente delito de alta traición a los intereses generales y por atentar contra la unidad del país y la misma Constitución (en otros tiempos, a los traidores o se les ahorcaba o guillotinaba porque era el delito más feo de todos). No, no puede haber nunca perdón ni paz para los traidores. Me entristece vivir en un país fraudulentamente intervenido por intereses personales: tendremos el dudoso honor de ser una vergonzosa república bananera regida por un fantoche; pero eso sí, en la civilizada Europa, para mayor escarnio y ridículo.
Ayer mismo se supo de un nuevo delito de fraude millonario por el asunto de las mascarillas por parte de las gentes del gobierno y aledaños. Y así todos los días. Continuamente soportamos nuevos hechos vergonzantes, nuevas afrentas a la dignidad e inteligencia de todos y atentados a los principios democráticos. Y robos y más robos que quedarán impunes.
Defrauda especialmente a los 207.691 electores gallegos del otro día y a los 7.821.718 de hace tan siete meses.
¡¡¡Inaudito!!! Lo más asombroso es que si hubiera elecciones mañana, volvería a gobernar. Avanzamos todos hacia el abismo, ciegos, humillados y embrutecidos.
La Fotografía: Mis últimas entradas sobre política han tenido a los monstruos como protagonistas simbólico-fotográfico; pero ahora ya, ante la tragedia que respiramos, paso del color de otras imágenes al dramático blanco y negro, con las fauces teñidas de sangre, la de todos nosotros.