COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS 42.1
La capacidad de los ser humanos para generar inauditas situaciones dramáticas es sorprendente e infinita.
Miércoles, seis de marzo de dos mil veinticuatro
Incendies, de Denis Villeneuve (2010). La vi el lunes (ya la había visto, pero apenas me acordaba). La historia crece exponencialmente para convertirse al final en una bomba de relojería, que estalla, claro. Lubna Azabal, la protagonista absoluta nos lleva a lo largo de todo el desarrollo de la convulsa historia de la mano para que ni la abandonemos a ella ni la historia que nos cuenta. El desenlace es difícil de soportar por emotivo y revelador de lo que significa estar sujeto a los incompresibles y sorpresivos avatares de la vida. Villeneuve a lo largo de su filmografía da muestras de una versatilidad temática admirable porque en tan solo quince años pasa del thriller en cuanto a formato y ritmo narrativo, con reflejos intimistas y de alto contenido emocional, a obras sobre narcotraficantes o la más pura, compleja y refinada ciencia ficción.
Anoche mismo vi otra de su filmografía: Sicario (2015). Con un Benicio del Toro lúgubre y enigmático, sombrío, terrorífico, da miedo a los malos porque él mismo lo es. Hiela la sangre de sus enemigos. Espectacular el ajuste de cuentas de Alejandro (Benicio) con el jefe del cártel. La entrada en Ciudad Juárez de la larguísima columna de vehículos policiales adentrándose en territorio hostil, impresionante.
La próxima película que exploraré será Blade Runner 2049, (2017)…
La Fotografía: De la película. El secreto: dos pueden ser uno.