14 ABRIL 2024

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Alba Iulia, (Rumanía)
Soporte de imagen
-120 ILFORD SFX 200 (100)
Fecha de diario
2024-04-14
Referencia
1468

DIARIO ÍNTIMO 97 y 3
La tarde del jueves fue corta o larga, no lo sé interpretar bien. Se hizo de noche enseguida…
Viernes (santo), veintinueve de marzo de 2024

… Seguía lloviendo, por fuera y por dentro. Salimos del bar y buscamos otro sitio para cenar algo.
Eran las 8:30 y todavía se supone que quedaba tiempo por delante para que no nos sintiéramos terriblemente decepcionados de habernos encontrado. Del anochecer habíamos pasado a noche cerrada, en todos los sentidos.
En una terraza cubierta, de un cierto postín, nos sentamos y pedimos algo ligero de cena. Seguimos charlando y extrañándonos mutuamente, cada vez más. Al fin y al cabo éramos unos desconocidos.
Llega un momento en la vida en que la sintonía con desconocidos es altamente improbable por forzada. Además, nuestras flácidas carnes no se reconocían. Yo intenté explorar algo más allá de las palabras: la cogí de la mano un par de veces para detectar a través de nuestra piel, si nos complacíamos o al menos nos consolábamos. No funcionó.
A lo largo de la tarde, de vez en cuando, nuestras conversaciones se vieron entorpecidas por dificultades en el entendimiento de conceptos. Pondré un ejemplo, para que así se entienda mejor: en un momento dado yo dije que me sentía cómodo (era verdad a medias, porque se trataba de cortesía) y que nos estábamos tratando bien. Ambos sabíamos conversar, mediamos el tempo de lo que decíamos y nos escuchábamos con atención. Ella matizó que no nos tratábamos ni bien ni mal, que solo nos tratábamos. No entendí bien la matización porque yo solo intentaba ser cordial y asertivo, y así se lo dije, pero ella se empeñó en polemizar porfiadamente. Aunque objetivamente tenía razón, en mi valoración no había causa de polémica ni mucho menos, tan solo de conformidad y buen rollo, para hacer más llevadero el asunto. Luego, entendí, que mejor su postura, las cosas cuanto más claras mejor: a la mierda con las superfluas buenas maneras.
Hay que abreviar los estrafalarios intentos de alcanzar algún tipo de sentido o placer o lo que sea con los demás (en mi caso, sobre todo, con mujeres).
Había llegado el momento de concluir el intento; sí, porque la cena y todo lo demás ya había terminado.
Tocaba cerrar la cuenta de la cena: llamé al camarero, trajo la cuenta, de 44 €. Sacó su bolso y yo el mío, claro. Le dije al camarero que dividiera la cuenta y pasara la mitad a las respectivas tarjetas. Pero, el chico que tenía una cara de imbécil que daba pena, paso a mi tarjeta la totalidad de la cuenta. Ella me dijo que no tenía efectivo a lo que contesté que me enviara un Bizum, a lo que dijo que sí; aunque ambos sabíamos que no lo haría. Y no, no lo hizo.
Me pregunto, ¿hasta qué punto en un encuentro de dos desconocidos (hombre y mujer) tiene que soportar los costes uno de ellos, siempre el hombre y nunca la mujer? Me contesto: las mujeres siguen siendo iguales a sí mismas, con toda la carga de rémoras y viejas y podridas costumbres tradicionales y siempre, penosa e interesadamente. A mí me pasa siempre (debo tener cara de imbécil), menos mal que no suelo quedar nunca.
Nos despedimos fríamente en torno a las diez. Llegué a mi casa una hora después. Ni siquiera me sentía decepcionado, solo cansado y horrorosamente aburrido.
La Fotografía: …Cada uno a un lado distinto de la vida. El olvido se encargará de borrar las pruebas de un intento banal y prescindible.

Pepe Fuentes ·