COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS 44
“El aislamiento es un componente indispensable de la felicidad humana”, solía comentar Glenn Gould. Enrique Vila Matas
Sábado, trece de abril de 2024
Acabo de oír Ensayo general, de Milena Busquets. Me ha parecido una obra tan fulgurante como un relámpago de verano en un cielo nocturno. Sí, porque su estilo es conceptualmente breve, por esencial. Frases cortas, vertiginosas, que encierran y proyectan mundos anchos y profundos. Es un testimonio autobiográfico, aunque eso nunca se sabe del todo (aclaración: este diario sí lo es), pero que para mí lo es indubitablemente porque es inteligente y esa es la prueba irrefutable porque Milena habla de sí misma brillantemente. Diabólica y demoledora en sus silogismos y en su incesante lógica existencial. Sincera, por supuesto; también descarnada en el amor, al que trata con una independencia y libertad inasequible a cualquiera de los mortales corrientes, porque, además, posee un atractivo del que solo puedes enamorarte.
Mujer para ser amada, está concebida así; yo, me enamoraría perdidamente de ella y claro, me perdería en los vericuetos de su brillante inteligencia que difícilmente sabría interpretar. Ella estaría más allá de mis horizontes.
En cualquiera de las páginas de esta gozosa obra, reparte destellos de su pensamiento por doquier: “Del amor y otras tonterías: Si al besar por primera o por milésima vez a un hombre o a una mujer no sientes un deseo inmediato e irrefrenable de estar con él o con ella, es que la historia de un día, de siete años, de ciento cincuenta, da igual, ha acabado; lo sé yo y lo sabe el universo entero desde el principio de los tiempos”. Milena Busquets
Y así todo, constante brillantez de principio a fin. Un gozo.
En ningún momento se queja de nada en su vida; y sobre todo, en el amor, que aunque es un sentimiento esencial en ella, nunca se siente herida, dañada por ausencias e indeseables abandonos. Parece colmada, feliz porque de su relato se desprende que las itinerancias e intermitencias en el amor las dirige ella con criterio firme. Su destino lo ha forjado a golpe de decisiones que fueron porque no podían ser de otro modo. Sus elecciones han sido la prolongación de su ser, más allá de cualquier conveniencia.
Dice, en otro momento y en cuanto a su interpretación de cómo enfrentarse al raro y prodigioso hecho amoroso: “Para ver las cosas del amor claras necesito acelerarlas, verlas pasar ante mis ojos a toda velocidad, no necesito paz y tranquilidad, ni horas ni días ni conocer más a la persona, necesito velocidad, apretar el acelerador y entonces mirar a mi alrededor; y lo que no se ha desintegrado es lo que me interesa. No dar ni un minuto a nadie, no dármelo a mí misma, ir todo lo deprisa que pueda ir…”. Milena Busquets
No puedo estar más de acuerdo y admirar esa estrategia de alto riesgo, aunque yo no la haya practicado nunca porque he sido medroso en todo.
Me pregunto: ¿Qué coño haces tú reflexionando sobre el mejor modo de enfocar tu vida y urdiendo estrategias para que todo te duela un poco menos? Me contesto: a la mierda con todo eso, y, sobre todo con los sueños de amor y los que pretendan conjurar la soledad. Sé valiente y asume que eres un jodido viejo y que ni en tu cuerpo ni en tu vida ni las moscas se pararán (ni siquiera como escala técnica). No necesitas nada, tan solo libros como el de Milena que te hagan gozar, fotos que quieras hacer y viajes que desees realizar (por cierto tengo que preparar uno de una semana para finales de Abril).
Y sí, como al parecer decía Glenn Gould, según Vila Matas, el aislamiento es una excelente opción. De mi circunstancia haré virtud. No me queda otra, eso o morir.
La Fotografía: Por qué cuando no sé qué fotografiar se me ocurren fotos de rápidos movimientos de lo intangible, inconcreto e inaprensible. Por algo debe de ser, tal vez porque amo la velocidad de la que nunca gocé.