EL DÍA DE LOS EPÍLOGOS 39
Los Días (4): de todo un poco, como siempre. Desde la infamante realidad política que vivimos aquí; aunque, tal vez, no deberíamos llamarla así porque podría ser una noble actividad, sobre todo si pensamos que en algún momento puede estar inspirada por principios morales (sin ellos, ese mundo es la mayor aberración y degeneración a la que pueden llegar determinados individuos y por contagio y connivencia, toda una sociedad). También he tratado el devenir de un día corriente que se convirtió en excepcional porque recibí un sorpresivo correo de una amiga perdida en el tiempo. Y, el mejor de todos, en el que pasé parte de la mañana paseando con mi hijo por la ciudad y compartiendo una comida, solos los dos.
Colección de Misceláneas (1): la dediqué a escribir sobre una película sencilla, sensible y vibrante sobre la edad y la soledad; también sobre el amor: Testament (2023), de Denys Arcand, que me entusiasmó. Quizá porque me proyecté en mi futuro inexorable: el protagonista vive en una residencia de mayores (a lo que yo estoy abocado), pero tiene la suerte de enamorarse de la directora; una espléndida mujer absolutamente deseable, por cierto. Eso es lo que yo quiero: vivir enamorado de la directora del asilo donde voy a vivir dentro de no mucho tiempo. Sería una estupenda manera de acabar para un tipo tan enamoradizo como yo.
Diario de Viaje (5) al Norte (en Abril y todavía no he terminado): me llevó desde Aguilar de Campoo a Santander, donde pasé el día.
Diario de la Nada (10): sí, nada menos que diez entradas para relatar mi experiencia en la fiesta grande de mi ciudad, en la que, además de crónica derivó hacia los derroteros un tanto nihilistas de la nada, a partir de negar la fe ciega como alternativa existencial.
Diario de lo Imposible (9): en realidad han sido dos cuentos, uno de cinco entradas y otro de cuatro. Van de cenas raras con desconocidos. Intento, además de contar hechos, entender lo que nos mueve a los comensales a partir de una convivencia corta de mesa y mantel. El aspecto literario o sociológico, o psicológico, o vivencial, o yo que sé, es lo único que me interesa; porque, el aspecto gastronómico es inapreciable (no somos exquisitos gastrónomos); tan solo gente sola (eso solo lo supongo), que quiere, queremos, quizá, encontrar un flash pasional para nuestras insulsas vidas, que, naturalmente, ninguno reconocemos delante de los otros (bueno, yo sí, un poquito sí, porque me importa una mierda lo que puedan pensar de mí). No tengo empacho en decir que no me como “una rosca” en océanos de tiempo y tiempo. Pero es que, si no lo digo allí y aquí mismo también, para qué coño sirve mi vida si encima de estar jodido tengo que permanecer calladito.
La Fotografía: Y ahora, el lado bueno de la entrada de hoy: una maravillosa fotografía de mi esplendorosa y guapísima familia. Son los Fuentes, padres e hijas. Fantásticas e insuperables personas, simpáticas y cariñosas a las que quiero porque además de su naturaleza, valores y su generosa manera de ser, son las únicas y últimas personas que me quedan en este mundo.
30 JUNIO 2024
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