1 AGOSTO 2024

© 2024 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2024
Localizacion
El sucesor (2023), de Xavier Legrand
Soporte de imagen
-DIGITAL 125
Fecha de diario
2024-08-01
Referencia
10457

LOS DíAS 46
John Adam, el segundo presidente de Estados Unidos; en una carta de 1814, advirtió al filósofo político, John Taylor: “Recuerda que la democracia nunca dura mucho. Enseguida se desgasta, queda exhausta y se inmola. Nunca ha habido una democracia que no se suicidara”.
Rob Riemen. Para combatir esta era (Consideraciones urgentes sobre el fascismo y el humanismo)
Lunes, veintinueve de julio de dos mil veinticuatro

A las diez de la mañana llueve en mi patio. En Venezuela también: ácido sulfúrico y a cántaros. Aquí, en España, la tormenta no cesa desde hace años ya. Nosotros no somos mejores que los venezolanos, como mucho, parecidos, pero más flojos; luego a nosotros nos pasará lo mismo que a ellos, es más, ya nos pasa.
La clase gobernante de Venezuela es idéntica a la española y viceversa (es tan obvio que no hay que explicarlo).
Los comunistas no ceden el poder jamás, y aquí, un Gorbachov no tenemos, que yo sepa. Me da escalofríos pensar qué hubiera sido de nosotros en caso de que hubieran ganado la guerra civil. Los contendientes no eran republicanos y fascistas; los fascistas lo eran, pero no los republicanos, que eran comunistas.
Todo es tan lamentable y penoso: Los chavistas han proclamado la victoria, otra vez. Estos son de los que no se suicidan nunca, ni ninguno de su ralea (no son demócratas y ni siquiera humanos). Son gentes de naturaleza maligna, inclemente, fraudulenta y carente de valores morales básicos. Pura excrecencia. Si tienen que destruir una democracia, la aniquilan; si tienen que mentir, mienten; si tienen que robar, roban; si tienen que manipular, manipulan; si tienen que violentar elecciones, las violentan; si tienen que vender a su país, lo venden (nosotros); si tienen que matar, matan. Así son estas gentes, auténticas desgracias para los pueblos que parasitan. Y, lo más repugnante de todo, lo que hacen no es en nombre del bien común (eso dicen), simplemente lo hacen para el bien propio. Y les sale bien, inaudito.
Lo último: han prevaricado y robado al contribuyente, pero no contentos con eso utilizan a funcionarios públicos pagados por las víctimas (abogacía del estado) para que les defiendan. Se han cargado la articulación del estado de las autonomías y han apoyado por omisión el golpe de estado en Venezuela y todo el mismo día. Y así todos los días. Solo siento puro asco e impotencia ante la ofensiva risa de esos vulgares delincuentes.
Pasé el domingo felizmente, con calor, pero sin contratiempos.
Crucé mensajes con mis nuevas amigas (Mariola, Consuelo, Marisa…) y hablé con Gabriel y con mi -hermano- de ficción, pero de mucho cariño. Una agitada vida social la del domingo. No estoy acostumbrado.
Para celebrarlo cambié el guion de mi cena diaria y me hice un revuelto de setas. Vi una entretenida e inverosímil película del oeste, que a veces resultaba bastante buena: La mujer que caminaba delante (2017), con una Jessica Chastain, a su nivel y altura; y un Toro Sentado en plan galán que enamoraba porque era muy guapo y muy héroe y todo al mismo tiempo.
Como el domingo, de pronto, se impuso como netamente cinematográfico, el segundo pase fue la joya del día: El Sucesor (2023), con guion y dirección de Xavier Legrand, y un buen actor protagonista: Marc-André Grondin.
Ya las primeras imágenes fueron de una belleza estilizada, sofisticada, insuperable por los diseños de ropa y el escenario donde tiene lugar un desfile, con una puesta en escena a un ritmo vertiginoso y fascinante que avanza incesantemente en un escenario en espiral, de brillante luminosidad matizada y contrastada, de una belleza epatante. Una puesta en escena que te hace sentir y pensar; es ahí, justamente en ese lugar viendo a esas mujeres bellísimas vistiendo una ropa de ensueño, donde yo querría estar en este momento. Si estuviera en ese maravilloso escenario mi vida habría sido otra y lo mejor, no me habría importado haberla vivido. Cuando todo parecía indicar que la historia se desarrollaría entre bambalinas glamurosas (tenía poca información sobre la película), la acción se traslada de París a Montreal y se convierte en un oscuro thriller psicológico de intensa intriga que no te da respiro. Es así porque en el ritmo de la narración no hay puntos muertos y el actor protagonista interpreta su papel con intensidad creíble y una inmensa capacidad para crear empatía en torno a su personaje. El aspecto temperamental o de carácter que explora Legrand no es otro que la posibilidad de que cierta determinación de la herencia genética se manifieste fatalmente. De cualquier modo, ese matiz de guion no es el que hizo que la historia me mantuviera en tensión y encantado todo el tiempo, lo fue, sencillamente, porque es una excelente película. Las críticas, controvertidas, desde las muy negativas a las positivas, sin más. A mí eso me da igual, porque lo que sí sé es que me encantó. Acabé muy bien el domingo, incluso aplacé una hora el momento de acostarme. Tregua festiva.
La Fotografía: Marc-André Grondin, descosido por un llanto inconsolable. Motivos tenía. Como todos nosotros, lo que pasa es que a nosotros se nos ha olvidado cómo se llora y además no queremos, lo único que deseamos es pastar en verdes praderas. Pobres desgraciados.

Pepe Fuentes ·