EL DÍA DE LOS EPÍLOGOS 42
Los Días (6) de todo un poco, como es habitual, de reformas en mi casa, de lo desoladoramente tristes y silenciosos que son mis fines de semana, de buenos propósitos (un viaje, por ejemplo) y de algunas cosas más, o menos. Un recurrente y no muy original cajón de sastre.
Colección de misceláneas (4) cine y literatura, como casi siempre, con un nombre de especial singularidad y talento creativo: Bret Easton Ellis, con el guion de una película a partir de su novela emblemática (American Psycho); y la perturbadora novela Los destrozos. También me he ocupado de tres escritoras argentinas (me apasiona la literatura de ese país): Silvina Ocampo, Mariana Enriquez y María Gainza.
Diario de la belleza (2) una de las entradas está bien traída a este capítulo porque escribí sobre un documental de pintura, de una serie de retratos de judíos (Jacob y sus doce hijos) pintada por Francisco Zurbarán. Sin embargo, la otra entrada podría haberla colocado en cualquier otro capítulo, en los días, o en la nada, o en cualquier otro, amargo; sin embargo, la he situado aquí quizá porque menciono a Caravaggio, el pintor de las bellas y sobrecogedoras sombras.
Los microviajes (17) por último el plato fuerte del mes, un microviaje de tan solo dos días y medio contado profusamente, nada menos que en diecisiete entradas. Me quedó bien el merodeo por la provincia de Segovia, así como el relato a partir de tantas entradas. He contado mi incesante búsqueda de la belleza; de situaciones peligrosas (gota fría en Turégano); de Zuloaga y su amor por Castilla, que comparto con él; de un aburrido museo de arte contemporáneo de Segovia y de las edades (un fijo temático en este diario). También, de bodas y cosas muy sociales o populares. Ah, y de la conveniencia de que los miembros de una pareja se parezcan. En fin, y, sobre todo, de la otra dimensión que alcanza la vida y el tiempo cuando se viaja. Se te ocurren otras cosas y otros puntos de vista.
La Fotografía: Como no podía ser de otro modo, la foto, realizada en los tres días de microviaje (la penúltima que hice), en Ayllón. Haraganeaba fotográficamente por la plaza del arrebatador pueblo (sí, ese tipo de pueblos que sacan en los dominicales de los periódicos bajo el título de -pueblos con encanto- y que suelen ser una amalgama de memeces y lugares comunes para uso y consumo de familias jóvenes urbanas que todavía creen en la felicidad y en un futuro venturoso pleno de detalles “fascinantes” de raíz popular; sí, como este coche de impoluta y clásica elegancia que apareció por una bocacalle del pueblo encantador (ver foto de ayer). El conductor y propietario (supongo) aparcó frente al ayuntamiento (a lo mejor era el alcalde), se bajó y alejó; al rato volvió con una prosaica barra de pan se montó en el coche y se fue. Ese tipo, bastante corriente por otra parte, sí que era cool (sobre todo a la hora de comprar el pan).
30 SEPTIEMBRE 2024
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