LOS MICROVIAJES
A Huesca y Navarra: día 1.2
Domingo, veintidós de septiembre de dos mil veinticuatro
… Al parecer, la responsabilidad de las visitas guiadas es de un servicio de voluntariado. Nos recibió un chico joven de color (negro), y la visita y explicaciones las dirigió un tipo, también de color (blanco), de mediana edad, tirando a joven todavía, informado y pulcro en todo lo que dijo y como lo dijo.
La fundación de este enclave tuvo lugar en abril de 1188, y fue habitado por religiosas de tres clases: las claustrales, las alumnas y las obedenciales. El estilo arquitectónico de origen y que se puede apreciar en todo el conjunto es románico. A pesar de que hay partes que ahora no se podían visitar por reformas, como el claustro, la visita me resultó del máximo interés y satisfacción.
En mis cortos viajes de estos últimos años, el principal aliciente y motivación radica en visitar Monasterios, Catedrales, Ermitas, Colegiatas, Castillos, Ruinas… e imaginería de todo tipo: Jesucristos (los más abundantes), vírgenes, santos y santas; ángeles y reyes. Todos esos enclaves suelen ser antiquísimos, anteriores a toda lógica desde la perspectiva del presente, tan efímero. Es inverosímil y difícil de imaginar que cualquier construcción actual perviva mil años, como es el caso del Monasterio de Sigena. Ha sobrevivido, pero empobrecido debido a la rapacidad catalana, que todavía no ha devuelto lo que ha determinado la justicia mediante sentencia (riquísimas pinturas y objetos preciosos). Esas gentes no atienden a nada que no sea su inmensa e interesada codicia.
Me entrego con interés creciente a esos lugares porque me ofrecen pliegues en el tiempo sobre los que se puede indagar o imaginar o descubrir; también porque toda esa representación, siempre bella, permite que la imaginación vuele sola, más allá de la supuesta verdad objetiva, casi siempre tan limitada. Y la escenificación del paso del tiempo a través de las obras hechas por el hombre porque, a fin de cuentas, somos tiempo, como ha dicho alguien, y yo comparto ese sentir.
La Fotografía: Una capilla desnuda adyacente a la nave central del templo, salvo por la exposición de cuatro motivos (no sé cómo llamarlos) que debían contener símbolos y misterios ignotos.