LOS DÍAS 64.1
“Tengo gustos de acróbata solitario. Me gusta darme la espalda a mí mismo”. Jules Renard
Sábado, doce de octubre de dos mil veinticuatro
Ayer, viernes, hice cosas y cosas de orden doméstico e incluso artísticas, como colgar tres montajes fotográficos en mi casa (copias analógicas), las últimas que coloco. Me han quedado realmente bien, dos son múltiples: un cuadríptico de gran tamaño (copias de 50*60); y un mosaico de seis tomas en las que un personaje enigmático, desorientado y sombrío representa su papel sentado en una silla en un campo vacío. Aparentemente no significaban nada en especial (faltaba el concepto), porque fueron ideadas en modo automático, como siempre hacía en distintos momentos de mi vida fotográfica analógica, es decir, toda, porque lo que hago ahora ya no es fotográfico, pero tampoco sé lo que es. Llevaba diferentes elementos a un escenario natural sin un propósito predeterminado, solo fotografiar y lo hacía como si fuera un zombi (a lo mejor lo era), y salía lo que salía, que no sabía muy bien qué era, pero que solía gustarme bastante.
Años después, el otro día, por ejemplo y en este caso (han pasado seis años), una vez colocada en un marco con un montaje secuenciado, encuentro todo el sentido del mundo: el personaje mira en una dirección y la contraria; de frente y de espaldas, o a sí mismo; o visto de otro modo: en todas direcciones y sus contrarias, y eso se me antoja que tiene todo el sentido posmoderno del mundo y mucho que ver conmigo, como si fuera una declaración de principios existenciales: puntos de vista contradictorios que no significan otra cosa que un extravío o falta de sentido y todo lo contrario. Todo y nada. Esas fotos las ideé automáticamente y me las dediqué porque eran yo mismo. Así era cuando hice las tomas, así sigo siendo, y así moriré.
Sí, un ser de vida pequeña, anónimo e irreconocible que hacía cosas de considerable importancia, como esta serie fotográfica que no se parece a ninguna otra.
A la caída de la tarde, me duché y me vestí apropiadamente para ir al teatro en mi ciudad, entre dos luces. Y fui. Actuaban FAEMINO Y CANSADO 17 veces Reloaded (al parecer, esta palabra del título es ingles significa recargado, y 17, es 17, también en inglés).
Seguiré otro día con lo del teatro, quizá mañana, porque ahora llueve a mares y se me han quitado las ganas de seguir escribiendo… daré de cenar a Mi Charlie y luego me haré la mía, la dichosa ensalada diaria… después, cenaré en la mesa baja y veré cualquier cosa en la televisión, da igual lo que sea porque me noto sin esperanza (supongo que una serie); después me tumbaré en el sillón de la sala de estar y no estar y seguiré viendo y no viendo la televisión, o dicho de otro modo, la misma serie de antes; y luego, a las once, me acostaré; dormiré con sueños o sin ellos (sobre eso no mando). Mañana ya veremos lo que me toca vivir y lo que traigo aquí, porque esto es un diario…
La Fotografía: El montaje en modo mosaico de seis fotografías performativas (de las que escribo más arriba), que he colgado hoy en mi casa en el último espacio libre que me quedaba en las paredes. La realización de la toma fue en 2018; el montaje o lo que viene a ser su lujosa interpretación, del mes pasado.