22 OCTUBRE 2024

© 2024 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2024
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
DIGITAL (100)
Fecha de diario
2024-10-22
Referencia
10556

DIARIO DE LA NADA 14 y 2
“Debes aprender a existir sin religión, sin país, sin aliados. Debes aprender a vivir solo en silencio”. William Burroughs
Jueves, diecisiete de octubre de dos mil veinticuatro

… La entrada del diario de ayer resultó francamente pesimista. Oscura hasta la foto. Ha pasado una noche en la que he dormido francamente bien; pero hoy, nada más levantarme, de noche todavía, me he sentado frente al teclado y la pantalla y se me ha venido encima lo que escribí en cuanto a mi condena al abandono social y afectivo, tan aparentemente desolador, aunque no es para tanto, ni mucho menos. Me parece.
Lo más contradictorio y risible es que siempre me he considerado un individuo atractivo personalmente y todavía me resisto a que no sea así.
Sí, he pensado en las causas del rechazo social que me acompaña y que conté ayer, sobre todo en razones exculpatorias, pero no encontré ninguna que me convenciera del todo; por ejemplo se me ha ocurrido la extravagante posibilidad de que sea invisible; o perfectamente prescindible porque carezca de algún valor que pueda interesar o servir a alguien; o que pertenezca a esa clase de personas que provocan una reacción en los demás de corto circuito vital; sí, a mí me pasa con algunas gentes: irradian una falta de energía que si tropiezas con una de ellas, el sol se nubla y el aire se enrarece. Lo que dicen resulta tan plano, anodino y previsible que quedas neutralizado, narcotizado y lo que es peor, te provocan la sensación de que la vida te ha abandonado. Sientes un aburrimiento tan insondable y opresivo que puede arrancarte de cuajo las ganas de vivir.
Percibo que ellos (yo me incluyo, también) no son conscientes y actúan como si nada, sin saber que su presencia es tóxica y desvitalizadora, mortal de necesidad. Tampoco, por corrección social, les puedes decir: ¡qué coñazo eres! Mejor cuando nos veamos, ni me hables. A fin de cuentas, siempre pues echar a correr como alma que lleva el diablo, como hizo la tipa que huyó de mí ayer y que ni siquiera me acuerdo como se llama.
También podría ser que tan solo sean reacciones fisicoquímicas entre determinadas personas que, por lo que sea, se neutralizan entre sí por incompatibilidad. Eso me salvaría porque podría caer bien a algunos (que serían pocos, raros y difíciles de encontrar).
Visto la reacción de los demás hacia mí (tan solo los que me ven, porque para la mayoría soy invisible, todos los septuagenarios lo somos) pertenezco al tipo de persona nublada que potencialmente puedo oscurecer la vida de alguien y matarlo de aburrimiento o desagrado. Por eso me esquivan o se largan. No se me ocurre otra explicación plausible ¡Menudo plan! Horroroso.
No obstante, en mi disculpa diré (aunque no lo necesite), que no doy razones para el odio de nadie, porque yo también, reactivamente eludo a todo el mundo y no busco ni me hago presente ante nadie, faltaría más.
Qué no cunda el pánico en mi atribulado espíritu porque por encima de cualquier contingencia prevalece mi bienestar. Nadie me va a salvar, solo yo puedo hacerlo. Y, a quien no guste, -que le zurzan con hilo verde- (que dijo Javier Tomeo en vida).
Creo que debo diseñar un plan de supervivencia gloriosa, triunfal, en absoluto derrotista…
PS: Noticias del último segundo, después de haber publicado la entrada hace una horas: hoy mismo me he despertado de madrugada, sin síntomas previos, casi aterrado, preguntándome: ¿cuánto tiempo puede estar un ser humano sin tocar a otro ser humano sin enloquecer? No lo sé, de verdad que no. Los eremitas no me sirven como ejemplo porque ya estaban locos desde que nacieron.
La Fotografía: Ayer, blanco y negro (más bien negro, negro) porque la crónica vivencial era desalentada; hoy, por el contrario, es colorida porque el propósito vital es escandalosamente optimista (contraste con la de ayer). Puro tecnicolor. Mañana, ya veremos.

Pepe Fuentes ·