DIARIO DE UN CONDENADO 12
“Descubrámonos y así venceremos a la muerte”. Mujer en una página de contactos sentimentales (furiosamente existencialista, por cierto).
Jueves, doce de diciembre de dos mil veinticuatro (toma 11 y fundido en negro)
… Obviamente, a mí ya solo me quedan las páginas de contactos virtuales que no ofrecen ningún resultado (apenas si miro en la que estoy apuntado), así estés toda una vida en alguna, y más. Pero, no echo la culpa a esas páginas, salvo porque no han desarrollado una IA repleta de algoritmos sabios que te lleven a los pies de la mujer ideal, que te dirá que sí, infaliblemente.
Ese será el venturoso futuro en el que todos podremos ser felices sin sombras.
Últimamente me he dedicado a leer los cuatro ensayos de Yubal Noah Harari, y en Homo Deus, incluye una especie de parábola en un futuro cercano al que lamento no llegar a tiempo, porque me parece la solución perfecta a todos los problemas de soledad humana y desamor. Vendrá de la mano de Google y de los infalibles algoritmos, que hay que ver cuánto están tardando en llegar, al menos en el campo sentimental. No me resisto a incorporar literalmente un más que factible supuesto (espero que, a Harari, si se entera, que no sucederá, no le importe) …
“…Una mujer, pregunta a Google: Tanto John como Paul me cortejan, los dos me gustan, pero de una manera diferente y me está costando mucho decidirme. ¿Considerando todo lo que sabes, qué me aconsejas que haga?
Google contestará: -Bueno, te conozco desde el día que naciste, he leído todos tus correos electrónicos y registrado todas tus llamadas telefónicas y conozco tus películas favoritas, tu ADN y el historial completo de tu corazón. Tengo datos exactos acerca de cada cita que has tenido. Si quieres, puedo mostrarte un gráfico segundo a segundo de tu ritmo cardíaco, tensión arterial y niveles de azúcar de cada vez que quedaste con John o con Paul. Si es necesario, incluso puedo proporcionarte una puntuación matemática precisa de cada encuentro sexual que tuviste con uno u otro. Y, naturalmente, los conozco tan bien como a ti.
Sobre la base de toda esta información, de mis magníficos algoritmos y de estadísticas sobre millones de relaciones que hace décadas que reúno, te aconsejo que te quedes con John, ya que tienes un 87% de probabilidades de vivir a la larga más satisfecha con él. De hecho, te conozco tanto que también sé que no te gusta esta respuesta. Paul, es mucho más guapo que John y puesto que concedes tanto peso a la apariencia externa, querías secretamente que yo te dijera Paul. La apariencia es importante, desde luego, pero no tanto como crees. Así, aunque he tenido en cuenta la apariencia de Paul, continúo diciéndote que estarás mejor con John…”. Yubal Noah Harari
Ni qué decir tiene que, sin dudarlo un instante, me apuntaría a ese sistema Google, eso sí, si me asegurara que cuenta con una casi infinita base de datos, de millones de mujeres, por ejemplo; y no como A de N o la señora Montaña, que, seguro que no tienen ni doscientas, que va, ni mucho menos. Hay que ser gilipollas para haber entrado en ese fraudulento juego de A de N. sin contrastar nada.
La Fotografía: Me señalo las sienes como si me dijera a mí mismo: -hombre, piensa un poco, por favor, que ya no tienes edad de hacer tonterías, aunque solo sea por respeto a ti mismo-. Naturalmente, la mujer símbolo, casus belli de todo este lío, ya se ha caído. Quizá, por fin, haya entendido que cualquier propósito que pase por el deseo de acercamiento a una mujer sea una solemne tontería. Lo mejor de esta experiencia es haberla vivido y así recolocarme adecuadamente en la foto, es decir en mi realidad. Sin llorar ni nada.