Diario de un hombre Enfermo (de cáncer) 2
“La enfermedad es un obstáculo para el cuerpo, pero no para la voluntad, a menos que ésta esté debilitada”. Epicteto
Miércoles, cinco de marzo de dos mil veinticinco
Ayer, martes, fue un mal día. Sentí impotencia frente a puertas cerradas y muros lisos e infranqueables.
Mala noche; sin embargo, me he levantado con determinación activa, cosa rara porque soy un tipo que prefiere encogerse de hombros y seguir caminando como sí nada pasara.
Hoy no, me he dicho, y una mierda, porque estoy sintiendo que me juego la vida si no planteo batalla. La reflexión fue la siguiente, más o menos: -a ver, tío, al mundo le da exactamente igual que vivas o mueras, así que no les des la razón y por no enfrentarte a dificultades no dejes que se salgan con la suya-. He salido de mi casa a las ocho con dos objetivos: entrar, como mínimo en dos listas de espera de Dermatología, que ayer parecía casi imposible.
Había intentado entrar en una de un hospital de referencia y me contestaron que ya tenían las listas cerradas hasta después de septiembre para consultas, y para cirugía, mejor no hablar, en dos mil veintiséis, con suerte.
Menos mal que mi amigo-hermano Armando se ha valido de una medio amiga y lo ha dado todo para convencerla de que me ayudara. Ha conseguido hacerlo y tengo cita para dentro de un mes. Lo que sería en septiembre o después ha conseguido adelantarlo cinco o seis meses.
Por mi parte, he ido a la seguridad social, sin cita previa, y he pedido ser recibido por mi doctora de referencia, que no estaba. La desganada funcionaria me ha dicho que volviera en tres días; a lo que la he contestado que, de ninguna manera, me he señalado la punta de la nariz y le he dicho: este desastre que ves es un cáncer que puede derivar en metástasis mañana, insisto en ver a un médico, quién sea, hoy mismo.
Una hora después me sentaba delante de una doctora de color, con la que también he tenido que enfrentarme para que me permitiera entrar en su consulta. He conseguido la inscripción como paciente en la sección de dermatología del Hospital Universitario de mi ciudad. Al parecer contestarán en dos días.
También mi amigo Ángel se ha movilizado y ha gestionado en otro hospital de Madrid, por medio de un familiar, que me incluyeran en una lista de espera, lo que ha conseguido. Lo que no sabemos para cuándo sería. Primero exploraremos las dos primeras opciones.
Mi objetivo, a ser posible, es que me operen en un plazo máximo de dos meses. No tengo ni idea si lo conseguiré. Me preocupa mucho que, a pesar de que el carcinoma sea superficial, aunque extendido, derive en causas mayores…
La Fotografía: Autorretrato en zona oscura, la de la enfermedad, realizada en septiembre de 2024, donde ya se puede apreciar el deterioro de una pequeña zona de mi nariz. He tardado seis meses en concretar un diagnóstico, por mi exclusiva culpa en el sentido de que no le di la importancia que tenía, por ignorancia, tiempo, más o menos que tardaron en darme cita con una dermatóloga (espero que ese retraso no sea funesto). Ahora que por fin he sabido del peligro, al menos siento que la voluntad no me falla y haré lo posible e imposible por superar el dichoso carcinoma. O, dicho de otra manera, hoy todavía no quiero morir, mañana ya veremos.