9 MARZO 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
La Zaranda-Los Ángeles levantaron el vuelo. Teatro de Rojas, Toledo
Soporte de imagen
-DIGITAL 50
Fecha de diario
2025-03-09
Referencia
10747

MONÓLOGOS SOBRE ARTE 25 y 2
“El cansancio es mucho, pero la ilusión, intacta. Pararemos cuando el teatro no nos diga qué tenemos que hacer… En un principio, pudimos elegir si hacíamos teatro, ahora no, ahora necesitamos el teatro para seguir sintiéndonos vivos». Paco de La Zaranda (Teatro inestable de ninguna parte).
Sábado, ocho de marzo de dos mil veinticinco

… Pues sí, queridos míos, tan solo sois dos o tres años más jóvenes que yo, es decir, a pesar de que hagáis teatro para seguir viviendo, ya no lo estáis. Vuestras cosas de ahora huelen a muerto; antes no, eran vitales, revolucionarias, corrosivas, inteligentes. Contenían dinamismo y humor, ahora, ni una cosa ni otra. Lo sé bien, porque a mí me pasa lo mismo. Estamos agotados.
Instantes antes de comenzar la función que habíais traído desde tan lejos ya tuve la sensación de que algo no funcionaría, los toledanos solo habíamos medio llenado el teatro. No somos un portento de intuición y sabiduría teatral, pero cuando da pereza asistir al teatro, siempre es por algo.
Y lo fue. Los que nos acercamos a veros no sabíamos que estábamos asistiendo a vuestra desesperada terapia. Bueno, yo algo sabía, pero los muertos ya tenemos licencia para hacer cualquier cosa.
Lo que no puedo perdonaros, amigos, es que seáis monótonos; podéis equivocaros en la propuesta, e incluso en la metafísica del relato que propongáis, pero nunca, nunca, ser aburridos.
La historia en sí: una reunión de tres marginados viejos que se expresan con el entorpecimiento de una glosolalia, ya incurable (lenguaje psicopatológico), a la que habéis incorporado a dos mujeres jóvenes, afeadas y avejentadas (una de ellas para que saltara y bailara mucho). Para decir qué: Nada. Lo que contáis, ya lo sabíamos todos, y no, el manoseado mensaje de la épica poética del antihéroe, de los marginados y todo eso ya no cuela por una importante e incuestionable razón: es sabida y tediosa.
Esta vez, la puesta en escena ha sido pobre, propia de creadores cansados que tienen pocas ganas de esforzarse o, simplemente, porque no se os ha ocurrido otra cosa, a saber: somier de una cama plegable vieja y chirriante; una silla de ruedas vieja y chirriante; cuatro mantas sucias; diez pares de zapatos de mujer con tacón y rojos; y cuatro libros grandes y polvorientos descuadernados. Del vestuario no es que sea naturalista, que podría serlo, pero que más bien, solo eran desechos de una trapería. No, queridos míos, así no vamos bien. En la próxima obra que traigáis, si es que lo conseguís, el teatro, en vez de medio lleno estará medio vacío. Yo, desde luego, no asistiré a esta triste ceremonia de decadencia y muerte, ni por solidaridad ya que estoy tan muerto como vosotros.
Decís que los personajes de Todos los Ángeles alzaron el Vuelo, son muy metafóricos (no tanto), y que, desde unos estamentos sociales (la culpa siempre es del otro), perdemos la intensidad de vivir y que por adiciones consecuencia de la manipulación (otra vez la culpa es del mundo), la sociedad de los buenos pierde su libertad. Y entonces, con el juego escénico que encarnáis todos abriremos los ojos, nos apartaremos de adiciones que nos roban la libertad. Como sí, a fin de cuentas, hacerse adicto no fuera atributo y elección tomada desde la libertad.
Pero, justo en ese momento es cuando en vez de alzar el vuelo, nos morimos. Sí, ya sé, gracias a la metáfora, morir es alzar el vuelo. Pero no, queridos míos, morirse es morirse, porque una vez muertos ya no volamos a ninguna parte, sencillamente porque los paraísos perdidos no existen.
Por cierto, el mejor momento de la obra, estética y escenográficamente es cuando cuatro de vosotros hacéis mutis detrás de las mantas viejas avanzando lentamente hasta desaparecer en la oscuridad. La obra termina, el público aplaude, pero vosotros no lo agradecéis saludando, os vais dando la espalda como hacéis siempre. Nunca he entendido ese gesto en vosotros. Ni lo entenderé, pero ya da igual.
Requiescat in pace (todos nosotros, todos los viejos que en el mundo somos)
La Fotografía: Una metáfora de un espectador leyendo el lujoso programa de la obra de valores terapéuticos para los creadores, vosotros, claro. Y, no tanto, para los que vamos a veros, que tenemos asegurado todo lo contrario: la repetición.

Pepe Fuentes ·