COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS 87
Para ser felices y soportar una vulnerabilidad sostenible: saber quedarse tranquilo en una habitación, es decir, estar de otro modo en el mundo. Un modo ligero, lento, cercano, silencioso y solaz. Saber aburrirse, saber dejar de actuar; frustrarse, no llenarse compulsivamente de objetos o de comida; aceptar la tragedia de la finitud sin fantasías omnipotentes de solucionismo tecnológico; y resignarse a nuestra fragilidad, todo ello como remedio frente a la desgracia humana. Jorge Riechmann (Invulnerables e invertebrados. Lola López Mondéjar)
Sábado, doce de julio de dos mil veinticinco
Hemos llegado al sábado. Y luego vendrá el domingo, el fin de semana completo. Y después habrá terminado todo como si nada, el asunto del fin de semana, me refiero.
¿Qué haré? Nada, naturalmente.
En estos días, entre otras cosas, leo el ensayo de Lola López Mondéjar: Invulnerables e invertebrados, que no voy a comentar ahora porque solo llevo el veinte por ciento de texto leído; pero vamos, la cosa hasta ahora va de que Lola la ha tomado contra la posmodernidad, que serían los que dan el título a la obra.
Iré viendo, pero por ahora me tiene con una ceja levantada porque yo ya no estoy ni para certezas ni valores defendibles, salvo el de la disolución física y espiritual por consunción y efecto secundario del sentido común (el mío, sospechoso por definición).
Lola, me parece una muy interesante historiadora y ensayista; aunque también sea psicoanalista, y eso hace que levante la otra ceja. Veremos como acabo con ella.
Por lo pronto ha traído a colación a Jorge Riechmann que, según la Wikipedia, es muy bueno en seis cosas (y seguro que más), hasta ecologista combativo es. Eso está bien, aunque yo no he leído a este hombre (no puedo leer a todo el mundo), y menos a autores encuadrados en una izquierda “revolucionaria”, tanto que ha sido o es militante de Podemos (demasiado para mi paciencia ideológica, si yo tuviera algo así). Lo que no dice la Wikipedia es si por coherencia ideológica también es acosador de mujeres. Perdón por la maldad tirando a broma (o no tanto), porque seguro que no, por supuesto, parece un hombre serio y de acendrada moral y honestidad.
Lo que no me explico, visto con sentido autocrítico, es que hace una cita de alguien como él en mi diario, será, seguramente porque lo ha traído indirectamente Lola (mientras siga leyéndola, lo que me traiga lo tendré en cuenta); y, porque, de lo que habla este izquierdista a ultranza en esta cita es de lo que hago yo diariamente, que de izquierdista no tengo absolutamente nada; tampoco de derechista, yo soy un ángel (caído), pero sí un poco de místico, como Blaise Pascal, que tal vez haya influido a Riechmann: “He descubierto que toda la desgracia de los hombres viene de una sola cosa: el no saber quedarse tranquilos en una habitación”. Blaise Pascal
Ambos, matemáticos, además de otras muchas cosas; pero, sobre todo, hay un rasgo caracterológico en ambos: se sienten cómodos en las creencias y en la apologética de ambas opciones; políticas (y ecologistas) el de ahora, cristianas el de antes.
Pues muy bien todo y ahora es cuando me pregunto ¿por qué de has engolfado en estas disquisiciones de las que tan poco sabes? Porque no tengo de nada mejor que escribir y porque, a fin de cuentas, la culpa de todo la tiene Lola López Mondéjar (como Yoko Ono).
La Fotografía: Un creyente en la nada, disfrazado rígidamente al efecto para despistar porque el personaje en sí es más un invertebrado, pero para llevar la contraria a López Mondéjar, más bien vulnerable.