22 AGOSTO 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
MUSEO THYSSEN, Exposición: Anna Weyant: Fated (2020)
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2025-08-22
Referencia
11010

MONÓLOGOS SOBRE ARTE 33.6
“La obra de Weyant combina elementos autobiográficos con un simbolismo que bebe por igual de la historia del arte y de la cultura pop, donde conviven el claroscuro dramático de la pintura barroca y el detalle meticuloso de los maestros flamencos de los siglos XVI y XVII. En sus tonalidades y temas casi barrocos resuenan ecos de Tamara de Lempicka, del Magritte primitivo y sus paisajes surrealistas, o de las mujeres de John Currin, junto a guiños a Zurbarán o a los audaces autorretratos de Sarah Goodridge. Pero su universo visual va más allá: lo mismo dialoga con la ironía de la cultura pop –y nos encontramos en sus lienzos las flores Daisy de Marc Jacobs- que, con el glamour perturbador del cine de David Lynch, e incluso incorpora la economía gráfica del cómic y la caricatura”. Tania López García (Vogue)
Miércoles, veinte de agosto de dos mil veinticinco

 

…Después de la larga introducción de la entrada de ayer sobre la artista: Anna Weyant, en la que hablé de casi todo, hasta crónica rosa incluí, creo que ya es el momento de escribir sobre lo que me pareció la exposición en sí.
Me fascinó por la irradiación abrasiva, enigmática y absorbente que desprendían sus personajes, especialmente en los que aparecían mujeres jóvenes postadolescentes en unas puestas en escena misteriosas, sugerentes y turbadoras. Sus cuerpos, sus rostros, sus miradas parecían proceder de inquietantes experiencias vividas, sentidas y reconocibles para la autora, cerca del conflicto y del trauma. O tal vez de ensoñaciones oscuras y palpitantes. Más allá de una primera lectura hipnótica, me quedé atrapado en otros matices como la textura dramatizada de sus cuerpos animados por una gestualidad inmaterial y evanescente en viaje hacia lo transcendente y, tal vez, a una expiación fantasmagórica.
No me resultaron tan atrayentes y emocionantes los bodegones y las flores marchitas, aunque fueran especiales, diferentes, sugestivos y en similares coordenadas y estilo que las mujeres, pero que, por su propia naturaleza de objetos inanimados carecían de las pulsiones que siempre me despiertan los seres humanos.
La narrativa de la exposición contaba con veintisiete obras de la artista, más seis obras invitadas pertenecientes a la colección del Museo Thyssen-Bornemisza, que complementaban y enriquecían la muestra en lo que se podría definir tópica y figuradamente como diálogo entre artistas y épocas. Este formato tiende a generalizarse en museos y muestras antológicas y me parece una excelente idea. Todo tiene relación con todo y con todos, nadie está solo en el mundo y todos los sentidos se relacionan con el entorno y, especialmente, en el mundo de la creación y la cultura. Las creaciones de cualquier artista son destilados de otras obras, y estas, a su vez, de otras y así infinitamente, aunque no se sepa a ciencia cierta, cuáles. Eso fenómeno pertenece a la biografía secreta de cada cual.
Probablemente la mayor virtud de cualquier creador o artista (el serlo supone la virtuosa mejora del mero hecho de crear); es que por la naturaleza de su trabajo y espíritu están obligados a vivir su vida con los ojos muy abiertos.
Por cierto, en cuanto a la iniciativa y sobre todo en la elección de las obras invitadas hay informaciones contradictorias: una era que las eligió la propia artista, y otra que fue el equipo del museo. Habrá que quedarse con esta última, porque es la que corrobora la artista: “Lo maravilloso fue que el equipo del museo acudió a mí con sugerencias iniciales. Echaron un vistazo a su colección y consideraron obras que creían relevantes para la exposición. Su selección fue estupenda: había obras y artistas con los que estaba familiarizada y otros que conocía por primera vez”,
Una de esas obras era Juego de cartas, de Balthus (1950). La propia Anna Weyant, dice sobre esa maravillosa pintura: “… es una obra con la que estaba muy familiarizada. Siempre me ha gustado y la he estudiado en la escuela. Me encantan la nitidez y la angulosidad, las expresiones y el modo en que la narración y las figuras se sitúan en primer plano del lienzo”.
La Fotografía: “También me hace mucha ilusión que Feted forme parte de la exposición”, comenta sobre un lienzo que conocemos de verlo en numerosas ocasiones fotografiado cuando se habla del arte de Weyant y que, sin embargo, como cuenta la artista: “Nunca se había expuesto antes, y me encantó que el propietario estuviera dispuesto a prestarlo para la muestra”, concluye”.

Pepe Fuentes ·