MONÓLOGOS SOBRE ARTE 34 y 2
“Estos retratos surgieron de mi curiosidad y admiración por un grupo de mujeres hermosas y fuertes que me dejaron entrar en sus vidas y después me permitieron hacerles un retrato, y unirme a una tradición, a un rito de paso anual. Quiero a mis cuñadas Mimi, Laurie y Heather, y les agradezco de todo corazón su amor y su paciencia. Bebe, mi verdadero amor, mi mejor amiga, es el centro de mi vida. Qué afortunado, qué agradecido me siento”. Nicholas Nixon
Martes, veintiséis de agosto de dos mil veinticinco
… Una de las preguntas que me repetía a medida que avanzaba y veía era: ¿es posible la belleza en la senectud? O ¿qué es la belleza conectada al paso del tiempo? No acerté a responderme. Las hermanas Brown fueron bellísimas en su juventud, también en la mediana edad e incluso cuando pisaron la incierta frontera de la vejez; al mismo tiempo que crecieron en sabiduría como seres humanos por el natural transcurso de sus experiencias vitales, lo que debió hacerles más bellas si cabe. Sin embargo, la cultura y el tiempo dice que no, que la belleza ya nunca más será en la vejez; tiempo en el que solo quedará la distante consideración y conmiserativo respeto, en el mejor de los casos.
No hay solución para esa diabólica lógica vivencial… Todo eso pude ver en la exposición que admiré reverencialmente en la mañana del quince de agosto, en Madrid.
“…Todos vislumbrábamos un final demasiado cruel, que escapaba a sus decisiones, escrito por el destino. Pero han sido ellos quienes han acabado escribiendo el último capítulo, y ahora solo nos queda, como en las mejores novelas, volver a leer una y otra vez cada episodio de esas vidas compartidas con nosotros y dejarnos llevar por todo lo que nos ofrecen: los pequeños detalles que cambian de un año a otro, los giros de guion que adivinamos implícitos en cada imagen, la evolución de cada una de las hermanas…”. Carlos Gollonet, comisario y conservador jefe de fotografía de la Fundación Mapfre, propietaria de una de las cinco copias que existen en el mundo de esta obra.
Avancé despacio por la exposición y a medida que lo hacía sentí un creciente desasosiego. Sabía, además, que el final podría desestabilizar mi precario equilibrio y la negociación permanente que mantengo conmigo mismo para interiorizar en paz el paso del tiempo.
La Fotografía: Cuarenta y siete fotografías a partir de negativos de gran formato de 8 x 10 pulgadas, (20,32 x 25,4 cm), de inaudita perfección técnica, monocromas y delicadas, sutiles y respetuosas; aparte de la indudable y sencilla lucidez de mantener criterios estables en cuanto al formato, técnica y concepto mantenido a lo largo de cuarenta y siete años, salvo en la de hoy (2020), con los primeros planos de los rostros de las hermanas. Esta excepción en relación con el resto me pareció un acierto absoluto porque enriquece y complementa las cuarenta y seis tomas restantes. Sabía de esta inmensa obra, claro, pero ver por primera vez el desarrollo secuencial completo: foto a foto y año a año, resultó una experiencia inolvidable para mí.
En 2022, foto final de la serie, Mimi tenía 62; Laurie 68; Bebe 72 y Heather 70.
Nicholas Nixon, en la primera toma tenía 28 años; ahora 78. Toda una vida, cincuenta años, alimentando un proyecto irrepetible, pleno de sensibilidad, amor y verdad
¡qué sería de nosotros sin el arte!