2 SEPTIEMBRE 2025

© 2018 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2018
Localizacion
Baofeng (China)
Soporte de imagen
-35 MM- ILFORD DELTA 3200
Fecha de diario
2025-09-02
Referencia
8750

LOS DÍAS 27
El tiempo postergado
Vienen días más duros.
El tiempo postergado hasta nuevo aviso
asoma por el horizonte.
(…)
No mires hacia atrás.
Átate los zapatos.
Corre los perros de vuelta.
Tira los peces al mar.
¡Apaga los altramuces!
Vienen días más duros.
Ingeborg Bachmann
Martes, veintiséis de agosto de dos mil veinticinco

Son las nueve y media de la mañana, he desayunado después del cansino paseo de todos los días (cada día camino más despacio y menos distancia, este año llevo una media de dos kilómetros menos al día que hace dos años: 6,7 este año). No me preocupa. En la senda que acompaña al río, hoy en sentido contrario, me he cruzado con el vecino de enfrente, y nos hemos dicho “adiós” con mucha desgana (creo que nos despreciamos). Un poco más adelante me he cruzado con la valquiria voladora (hablé el otro día de ella). También nos hemos dicho adiós, yo levantando la manita con un gesto de pleitesía ridícula (está bastante buena).
Cuando subía penosamente las interminables escaleras hasta mi casa me iba diciendo: -qué bien, tío, ahora, cuando salgas a tu patio de clausura no hablarás con nadie en lo que queda de mañana -será perfecto-; y luego comerás, viendo un alocado western sin pies ni cabeza, pero eso me gusta mientras como; y, después, cuarenta minutos de siesta profunda y veinte de duermevela, y eso te encanta (qué suerte tienes que nadie te moleste -tío- porque en los breves intervalos que he tenido novia en los últimos años, en la siestas tocaba sexo, pero ya no); luego al estudio a escribir (lo que más me gusta); y anocheciendo en mi patio de clausura a cenar y ver una peli (seguiré sin hablar con nadie). Quizá intercambie unos mensajes con Pilar, pero no estoy seguro.
La película que empecé ayer y que no terminé, Viaje hacia el desierto (2023), de Margarethe Von Trotta, a priori me pareció bastante interesante por sus diálogos. Es un biopic de la carismática y bella protagonista, la poeta: Ingeborg Bachmann (interpretada por Vicky Krieps), en la que aparece un energúmeno que rompe su equilibrio a partir de unos celos primarios y brutales, el dramaturgo Max Frisch, suizo del que tengo alguna de sus obras, pero que ahora no recuerdo de qué iban. Me interesaban los diálogos porque eran entre artistas y a mí me gustan mucho esos prodigiosos seres. Hoy he revisado los datos de la película y los críticos estaban disgustados porque no les había gustado a ninguno, decían cosas como: desangelada, tediosa, empalagosa, árida y muchas y peores cosas más. He revisado mi entusiasmo primero y he llegado a la conclusión de que sí, que los críticos tenían razón, que era un coñazo de película; no obstante, terminaré de verla, seguramente.
Bueno, este es y ha sido mi día; que además tiene la virtud de ser prototípico, un diseño que cumple con mis necesidades de usuario del mundo, pasivo pero escrupuloso y exigente. Aspiro a que todos los días que me queden sean así, exactamente así, salvo las excepciones como algún viaje a ver arte a Madrid, y ya está; porque ya no viajaré más, seguramente, salvo que aparezca una mujer en mi vida (será más difícil que obtenga un premio de azar a los que no apuesto jamás), que me guste mucho y que esté dispuesta a conducir y llevarme alegremente, tarareando cancioncillas, de un lado para otro.
Al contrario de lo que dice Ingeborg en su poema, mi tiempo postergado no tendrá días duros, solo plácidos y que serán como un relato plano de una muerte anunciada, vivida diferidamente en días y días indistinguibles; hasta que llegue el heraldo negro (vestido de blanco) con el sobre sellado que contendrá el nombre de la enfermedad incurable que, obviamente, me matará.
La Fotografía: Margarethe Von Trotta realizó Viaje hacia el desierto (2023) con 81 años, lo que me parece muy notable y un desafío al paso del tiempo. Viendo a personas como ella, pienso que no pertenezco a la misma clase de ser vivo; sino a la de los quelonios que no hacen nada en la vida, salvo caminar despacio, como yo, pero que son increíble e innecesariamente longevos.

Pepe Fuentes ·