13 SEPTIEMBRE 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
Toledo, Travesía del Hospital, mi calle
Soporte de imagen
-DIGITAL 500
Año de copiado
2025
Fecha de diario
2025-09-13
Referencia
11037

Diario de CLAUSURA 2
“La pos-felicidad es individual, no grupal. Ha roto todo vínculo. Y ¿qué es lo que dice el estoicismo? Te tienes que convertir en un luchador que se resigne ante las realidades que se van imponiendo. Tienes que aceptar las cosas como son. El estoicismo a mí me parece una filosofía peligrosa enfocada así. El peligro es el individualismo, porque esta idea estoica pide al sujeto que se responsabilice de sí mismo, que luche hacia su camino, y cuando fracasa, le dice el estoicismo, ahora tienes que aprender a aguantarte”. José Carlos Plaza
Jueves, once de septiembre de dos mil veinticinco

Hoy, no sé…
Sí sé que las noches me resultan incómodas por el traqueteo que soporto mientras duermo. Mi cuerpo no se desliza suavemente a través de un sueño tranquilo (y reparador, si me pongo un poquito cursi); no, es como si avanzara en las horas por una carretera en mal estado y muy virada con curvas constantes peligrosísimas. Maldita sea.
Qué hay detrás de ese malestar nocturno. No lo sé. Sospecho que insatisfacción vivencial y estoicismo no asumido del todo (nunca se termina con lo del estoicismo porque todo empeora incesantemente).
Ayer por la tarde, me eché en mi Cheslón a las cinco, más o menos, a trabajar en mis cosas, cuando las monjas meriendan, mis almas gemelas lo hacen, pero yo no, tan solo un café frío en verano, caliente en invierno.
Todavía no me decido a levantar la persiana de mi ventanal que da a tejados, a un horizonte confuso, a la casa de mi vecina, alta y blanca y a una calle que siempre está vacía. Antes, al menos había grandes árboles que daban sombra y hacían la calle más habitable, más humana sin humanos; pero han venido unos operarios y los han cortado a ras de suelo. No sé.
Lo que sí sé es que ahora mi calle ha alcanzado el máximo estoicismo posible, en calle, naturalmente. Sin árboles es inhóspita, áspera, gris y bastante más fea.
Solo la habitamos menos de diez personas (ocho, creo) y solo se utiliza para ir a la Academia de Infantería, pero si no eres soldado, ni siquiera para eso sirve. Mi calle, y de paso yo mismo, somos completamente accesorios (yo más porque soy un clausurado).
Esto me hace preguntarme: ¿Quién se acuerda de los clausurados, si ellos han decidido salir del mundo habitado y en movimiento para vivir confinados en sus mundos elegidos? Supongo que nadie. Lo mismo pasa con los que lo hacemos en nuestras propias casas.
Fernando Fernán Gómez, interpretó brillantemente El anacoreta (1976), “Fernando Tobajas, un hombre de cierta edad, decidió vivir en el cuarto de baño, en el que creó un pequeño apartamento, y no salir nunca de él. Tobajas ha renunciado a todo, excepto a la vanidad, y sus contactos con el mundo se reducen a las visitas de los amigos y a los mensajes que envía por el retrete dentro de tubos de aspirinas con la esperanza de que alguien los reciba y sepa de su existencia…”. Yo, en vez de tubos de aspirinas, publico este diario, que viene a ser lo mismo.
La Fotografía: Al parecer, el Ayuntamiento piensa que al ser árboles invasores (alienígenas arbóreos, detestables okupas) sin autorización (creo que no tienen ni nombre, o al menos yo no lo conozco), resultan dañinos y pueden engullir a las gentes y destruir muros y edificios y hasta hospitales (la operación de la tala ha sido urdida por el hospital limítrofe).

Pepe Fuentes ·