Diario de mi Felicidad 11
“La búsqueda de la felicidad requiere una cierta actitud, una disposición favorable por parte del individuo que emprende la búsqueda. Es un compromiso ético que algo tiene de cálculo, mucho de sabiduría y no poco de subversivo. No es un derecho ni un destino. Está más cerca de la auto exigencia y de la valentía que de la complacencia, pues son las situaciones adversas las que ponen a prueba el significado de la felicidad y la capacidad del individuo para encajarlas en su propia vida. Podríamos decir también que es una empresa común, puesto que la felicidad individual y la colectiva se alimentan la una a la otra. Un compromiso sostenido que solo finaliza con la muerte”. Victoria Camps
Lunes, quince de septiembre de dos mil veinticinco
Pasó un fin de semana más, sin pena ni gloria. No sucedió nada que me sirva para alimentar este diario o mis experiencias vitales. De la memoria mejor ni hablar.
Me está pasando algo que se me antoja asombroso con el paso del tiempo, que no me había pasado: lo percibo como una estela vertiginosa e incomprensible. Es diferente a lo que me sucedía antes y debe ser cosa de la provecta edad. No sé.
Los días se me escapan inaprensibles entre los dedos como agua de torrentera. A estas alturas de mi edad no sé sí es bueno o malo. Sospecho que puede ser porque soy un hombre feliz, aunque me resista a creérmelo. No sé.
En estos momentos tan trascendentes para mí, prometo averiguar si soy un hombre feliz o no.
Pero no todo es cantar y bailar, porque hay momentos horribles que me asaltan de pronto, como el domingo, que volví a cruzar la ciudad por la mañana, sin aliento casi (en mi vida, los domingos siempre han sido malos días).
El tiempo se detuvo y me cayó encima como peso muerto, y anocheciendo ya, no podía soportar la presión. Son momentos (uno o dos a la semana) en el que no me asiste ningún impulso vital, detesto todo lo que me rodea y cualquier idea de acción. Un vacío doloroso y opresivo (no es ansiedad, es otra cosa, creo), me deja inerme. En esos momentos solo puedo quedarme quieto sin mover nada de mi ser, solo esperar a que pase. Supongo que eso se llama depresión o más bien profundo decaimiento, que, como la felicidad, cada uno lo siente a su manera.
Terminé Elogio de la duda, de Victoria Camps, y me ha gustado tanto que hoy he comenzado La búsqueda de la felicidad. Título sospechoso, porque sugiere autoayuda, pero seguro que no porque Victoria habrá conjurado el peligro. Ella, no aconseja acciones concretas para mejorar lo inmejorable, sino que despliega reflexiones propias entrelazadas con ideas desarrolladas por autores y filósofos sobre la felicidad a lo largo de la historia. Es su estilo de filosofar con un lenguaje sencillísimo y diáfano, al que le concedo mi admiración y agradecimiento. Por ahora solo he leído el prólogo en el que ya sugiere diversas líneas de indagación que invitan a la reflexión y al análisis comparativo con experiencias propias. Iré dando noticias de la lectura.
Por ejemplo: “No basta ser formal y materialmente libre para poder satisfacer los deseos. La búsqueda de la felicidad requiere a su vez sabiduría. Aprender dónde están las ocasiones de felicidad, los recursos para reaccionar adecuadamente ante las adversidades y los desengaños. Tener criterio para distinguir qué deseos merecen ser satisfechos y cuáles no. Sabiduría, que es así mismo experiencia e inteligencia para reconocer los errores y no repetirlos”. Victoria Camps
La Fotografía: Una paloma se posó sobre una rama a reflexionar sobre la existencia, de Roy Andersson (2014). La película toda es la palpable e irrefutable demostración, mediante imágenes y sobre todo silencios, de que la felicidad humana es una quimera difícil pero nunca irrenunciable y tampoco imposible. ¿Por qué esta foto hoy y no otra cualquiera? Sencillo, en ella hay un personaje en el que no me proyecto (no me gusta su aspecto), que afirma tajantemente que mañana es jueves (y lo es); un día en el que yo tengo empeñada una experiencia de búsqueda real de la felicidad a través de la experiencia amorosa. Ya veremos como sale todo.