3 OCTUBRE 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
Pasaje Lodares, Albacete
Soporte de imagen
-DIGITAL 10000
Fecha de diario
2025-10-03
Referencia
11079

LOS MICROVIAJES
Albacete y Jaén: día 1.3
Miércoles, veinticuatro de septiembre de dos mil veinticinco

… Después de comer, a las 16:30, tomé el coche y decidí volver hacia Albacete (la había circunvalado para llegar hasta Alcalá de Júcar).
Tenía intención de visitar la ciudad en la que no había estado (una vez en los noventa, por el estúpido trabajo que tenía).
Una ciudad mediana como Albacete (casi 180.000 habitantes), suele parecerme demasiado grande como para que me oriente en unas pocas horas, lo que me crea incomodidad. Como no tengo otro remedio procuro hacerlo con el mejor espíritu.
Ni siquiera sabía que debía ver; bueno sí, la catedral, como siempre (que no vi), callejear y obtener una impresión del ambiente urbano: gente, arquitectura, parques y en general obtener una impresión. En fin, lo que se hace en los viajes que luego, si la visita ha sido corta, olvido pronto.
Aparqué en la Avenida de España, la más larga de la ciudad, espaciosa y cómoda. Me senté en una terraza a tomar un café y pensar qué hacer. Ah, y también buscar un hotel donde dormir.
En cuanto al hotel, en la ciudad, todos los que vi en portales web eran carísimos (más de 100 €), así que me decidí por lo de siempre, pueblos limítrofes, entre 15 y 20 Km. Lo encontré en Fuensanta, un pequeño pueblo, que estaba bastante más lejos (45 km). Tengo que revisar el planteamiento de hoteles baratos alejados porque terminan resultando más caros, incómodos y pobretones.
Decidí buscar el centro urbano y el famoso Pasaje Lodares (1925). Promovido por Gabriel Lodares (empresario, político y alcalde de la ciudad).
Caminando por la Avenida de España, me crucé con un hombre viejo, que, aunque fugazmente, supe que se trataba de un jefe que tuve en mi trabajo en los años noventa, un tipo astuto pero vulgar hasta el desagrado. No me trató bien aquel individuo. Él no se percató de mi presencia y yo renuncié a saludarlo porque me habría entorpecido mis planes en la ciudad. Además, para qué, para hablar inevitablemente de aquel pasado con poca gloria y mucha desdicha al que renuncio, que he olvidado y hasta dudo de que realmente existiera porque en mi memoria activa ya no existe. A ese tipo lo despreciaba por indecoroso, aunque no lo odiaba (me resulta muy difícil odiar porque es una emoción que requiere mucho esfuerzo y dedicación, además de ser estúpidamente estéril). Ahora recuerdo que mi animadversión era por su servilismo y mediocridad que le hacían torpemente miserable. Ni un segundo podía estropear con un saludo sin sentido. Nada del pasado desapacible tiene interés para mí.
Por las avenidas y calles (España, Tinte, Ancha, Mayor y otras que ahora no recuerdo), a las siete de la tarde, paseaban gentes tranquilas, solas o acompañadas, que caminaban y charlaban sin prisas.
Me sentí cómodo y ligeramente aburrido en Albacete, capital.
Por fin encontré el Pasaje Lodares (me costó un poco) …
La Fotografía:  De traza modernista, copiado de las galerías comerciales italianas, Milán, Nápoles, o Roma, que recuerde ahora, todas ellas del s XIX y parecidos estilos. La de Albacete, interesante y sofisticada, aunque no tanto como las italianas, sensiblemente más pequeña, tenía decoración modernista, neobarroca y columnata renacentista. El pasaje me pareció estimable y lejano, algo exagerado. No me emocionó.

Pepe Fuentes ·