5 OCTUBRE 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
Hotel Los Hidalgos, Martos, Jaén
Soporte de imagen
-DIGITAL 6400
Fecha de diario
2025-10-05
Referencia
11087

Diario de la Soledad (cinco, uno)
“Yo prefiero beber solo. Un escritor no se debe más que a su escritura…El mejor lector y el mejor humano son los que me recompensan con su ausencia”.
Charles Bukowski
Miércoles, uno de octubre de dos mil veinticinco

Volví del Microviaje el domingo por la tarde, lloviendo.
Sobreviví con bastante dignidad porque ahora no me duele nada. Solo la soledad, pero para esa eventualidad tomo analgésicos filosóficos.
En estos tres últimos días he realizado algunas tareas de preparación de mi clausura para la campaña de invierno, que será durísima. Seguro.
Cada año que pasa el asedio de la puta soledad es más despiadado. Quiere acabar conmigo. Creo que lo conseguirá, pero no sin lucha porque no me pienso rendir (por ahora).
Sé cómo serán los próximos meses: desapacibles e interminables, pero fugaces, valga la paradoja.
Lo bueno, o menos malo, de mi vida ahora es que creo dormir bien. Acabo de leer (oír) una novela (durante el viaje), sumamente entretenida: Las buenas noches, de Isaac Rosa, que va de un hombre y una mujer que padecen un brutal insomnio que les remite a una penosa enfermedad (no se puede vivir sin dormir).
Misteriosamente, solo consiguen dormir el uno junto al otro, a pesar de que son desconocidos (ni siquiera saben sus respectivos nombres).
Original historia, a veces divertida, a veces triste, y siempre exasperante. A mí eso no me pasa, salvo que hay noches que me despierto varias veces, pero no me cunde el pánico porque me vuelvo a dormir enseguida, como si la vigilia me aburriera mortalmente, que lo hace.
Para la campaña de invierno no tengo planes, salvo narcotizarme (lo consigo extirpando deseos, con ayuda del estoicismo). Ya lo dijo un estoico aventajado, que nunca debió estar solo porque guerreaba, luego lo tenía todo: amigos, pero, sobre todo, enemigos, que son lo que más entretienen. “Goza sin cesar de la soledad”. Marco Aurelio
Ya veremos cómo me va la campaña de asunción de la soledad profunda, que no es otra cosa que el silencio.
A veces hablo conmigo mismo en voz alta y por la calle, eso sí, disimuladamente, para no resultar evidente y para que no digan: -ahí va un solitario en fase terminal-
Durante mi Microviaje de cinco días solo he hablado con dos o tres personas, creo recordar, y todas recepcionistas o dueños de hoteles (de eso escribiré un día de estos). Nada más. Cuando he vuelto, el telón del silencio ha vuelto a caer.
Durante el viaje he recibido algunas llamadas de compromiso: Consuelo, Marisa, Naty y Armando. Y ya está. ¿Son pocas o muchas? Yo qué sé. Creo que bastantes, podría haber sido ninguna.
Ayer, salí de mi casa a las nueve y media con solo un objetivo: comprar aceite en una almazara de un pueblo cercano: Argés (12 km). Lo hice, pero también alguna cosa más que tal vez cuente mañana.
Dentro de media hora saldré a dar el maldito paseo diario (servidumbres de los prejuicios sobre el cuerpo y la salud), porque no me duele nada, solo el silencio y tan solo a veces…
La Fotografía:  Los viajes suelen tener tres o cuatro momentos estelares, como los míos son en formato Microviaje, solo tengo dos a lo sumo, o como mucho tres, si tengo suerte. Uno de ellos fue en el Hotel Los Hidalgos, en Martos, Jaén. Hotel regio, aristocrático diría, estiloso, clásico, de inspiración barroca con reflejos modernistas, sobre todo por la profusión de maderas ricamente labradas y decoradas. Hasta blasón tenía grabado en las puertas de caoba. Podría parecer pretencioso, pero no para mí, que también soy de alma clásica. Cuando me levanté por la mañana del último día y antes de desayunar, exploré encantado el hotel con la cámara.

Pepe Fuentes ·