17 OCTUBRE 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
Hotel Hidalgo, Martos, Jaén
Soporte de imagen
-DIGITAL 102400
Fecha de diario
2025-10-17
Referencia
11089

LOS MICROVIAJES
Albacete y Jaén: día 4.2
Sábado, veintisiete de septiembre de dos mil veinticinco

…En Úbeda paseé por el centro, sin decidirme a visitar nada, salvo la Iglesia de la Santísima Trinidad (foto de ayer). Me senté en un restaurante con mesas en la calle donde tomé una cerveza y berenjenas con miel de caña (demasiado aceite, escasamente crujientes y empalagosas). Mi problema con la comida en los Microviajes es que busco comida barata, que no siempre consigo, y a cambio, sin pretenderlo, siempre es mala.
Comí en una calle estrecha en la que no pasaba nada, ni siquiera gente. El camarero, algo puntilloso y relamido, con tupé de otro tiempo. Era mediodía y me pregunté qué podría hacer un sábado por la tarde en Úbeda. No me contesté. Empezaba a estar muy harto de aguantarme y de mis iniciativas, que eran mínimas y sosas. Casi siempre, desacertadas.
Planeé: tío, vete a pasar la tarde a Jaén, toma un hotel, descansa a primera hora viendo el partido del Real Madrid (con el atleti) en el iPad, y luego paseas y cenas en el centro de la capital.
Me lancé con ganas a buscar un hotel en el móvil, carísimos (en las capitales de provincia, y más en fin de semana, los precios estaban por encima de los 100 €). ¡Qué ruina!
Pues nada, a un pueblo, al mismo rollo de siempre. Encontré el Hotel Hidalgo (52 € la habitación), en Martos, nada menos que a 70 km (hay que ser gilipollas para organizarse tan mal). Lo cierto es que ese pueblo lo tenía marcado en mi cuaderno de bitácora como visitable. Desaparqué, eran las dos, más o menos, y puse dirección en el navegador a Martos, y me llevó, a la puerta misma del Hotel (él no quería líos y yo tampoco).
¡Toda una experiencia que iré contando porqué!
Subí a la habitación 308 que el Señor (parecía el dueño) me adjudicó. El interior, moderno, limpio con todos los servicios y menaje de cualquier hotel actual y caro. Las puertas del baño y armarios de caoba blasonadas. La cama, confortable; la habitación, silenciosa.
Seguí con el plan: vi el partido de fútbol que resultó una catástrofe, nos golearon (5-2).
Después del partido, y como el hotel se encontraba a las afueras, justo al lado de la plaza de toros, cogí el coche y me fui al centro, a visitar el casco de la ciudad y el castillo que se encontraba en lo más alto…
La Fotografía: Cuando detectó mi presencia en la recepción, un hombre mayor, de imponente estatura y caminar lento, vino a atenderme. Mientras llegaba, observé el mobiliario y decoración del salón adyacente, de apariencia clásica y lujosa. Le dije que había reservado una habitación a través de Booking. El señor, asintió y, lentísimamente, rellenó a mano una ficha con mis datos y me la dio a firmar. Caligrafía minuciosa y cuidada. Parecía que estábamos en un momento de hacía décadas (cuando todavía no había ordenadores). De hecho, el hotel informaba en un cartel que fue inaugurado en 1993, pero su alma y espíritu era de décadas anteriores, quizá a la moda lujosa de los años sesenta. Pero en absoluto tuve la sensación de encontrarme en un hotel viejo y trasnochado; no, todo lo contrario, lo que veía parecía tener prestancia y distinción auténtica, eso sí, de un énfasis muy barroco y capitalino.

Pepe Fuentes ·