29 OCTUBRE 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
Madrid
Soporte de imagen
-DIGITAL (100)
Fecha de diario
2025-10-29
Referencia
11111.1

CENA RARA 8 y 3
“Si la libertad significa algo será, sobre todo, el derecho de decirle a la gente lo que no quiere oír”. George Orwell
Sábado, dieciocho de octubre de d os mil veinticinco

… La cena del otro día muy bien podría haber sido para mí un post scriptum, no solo de este capítulo del diario; si no, además, el acto final de una experiencia vivencial que ha durado año y medio, pero solo con ocho presencias por mi parte. Me lo pasé bien gracias a las tres mujeres que asistieron (también al sabroso y bien cocinado filete de bacalao desalado que tomé, del vino que bebí y del postre con el que nos regalamos todos).
Estos actos sociales, a poco que te descuides se convierten en un insustancial intercambio de banalidades olvidables; sin embargo, yo me esfuerzo en que el nivel de comunicación posea una cierta sustancia e intimismo. No nos volveremos a ver, por lo que es interesante que el intercambio de presencias y palabras tenga textura y se parezcan a nuestras auténticas realidades de personas que ya hemos vivido lo mejor de nuestras vidas, y que no sea un jolgorio de jovenzuelos, sencillamente porque ya no lo somos.
Un sencillo ejemplo: al asistir a una cena con desconocidos de más de sesenta años es por una elemental razón: los asistentes estamos solos y manifestamos el deseo de que durante dos horas no lo parezca; en consecuencia, el asunto nuclear de nuestras vidas y que debería presidir las conversaciones es La Soledad; de cómo la vivimos o gestionamos. Ya que hemos comprado una herramienta terapéutica, que al menos se note y que la aprovechemos. Normalmente, nadie saca el tema (yo sí, para eso voy), y, es más, procuran eludirlo como el caso del hombre, en esta misma cena (era el más joven junto a una mujer, en el entorno de la cincuentena mediada). Le dije, reactivo a su satisfecha superficialidad: -si yo tuviera 55 años, no estaría aquí- (estaría buscando o manteniendo relaciones posibles, eso pensé, pero no lo dije).
No sé si seguiré asistiendo a estas terapias disfrazadas de impostada confraternización (será altamente improbable, o no). En mi vida de ahora, todo lo que pretenda hacer que involucre a otras personas tendrá que ser pagando. Mi vida se ha profesionalizado, pero solo como consumidor de servicios.
La Fotografía: Los asistentes a la celebración del simulacro de la “amistad”; irreconocibles, como no podía ser de otro modo, claro. No solo porque en este cuento es necesario preservar la intimidad (de los otros, la mía me absolutamente igual); sino porque, además, pasarán al profundo olvido en mi memoria, y yo en la de ellos. El argumento principal de la comercializadora “hacer amigos”, es ontológicamente falso. La amistad es imposible más allá de la treintena o como mucho la cuarentena.

Pepe Fuentes ·