EL DÍA DE LOS EPÍLOGOS 55
Los Microviajes (a Albacete y Jaén) (16): Engañosamente, parece que lo que más contenido ofrece a este diario es el hecho de viajar, aunque sea en formato mínimo. Cinco días (por cierto, todos los viajes que hago solo desde que estoy solo me salen de cinco días, da igual que programe siete, al quinto me canso y me vuelvo. Es mi medida de viajero septuagenario. Cada uno de los cinco días, normalmente, tiene momentos cumbre en los que me siento receptivo y tranquilo con lo que veo, y hasta encantado: un castillo, una catedral, un recorrido urbano de interés…Y luego está el resto del tiempo, que es la mayoría, en el que no sucede nada, cuando conduzco aburridamente o llego a un pueblo que no me dice nada en especial, o como un mal guiso o mi navegador me traiciona y hace que me pierda. Sí, momentos grises tirando a negros en los que no encuentro sentido a lo que estoy haciendo y sí cansancio. Sin embargo, mis microviajes, me ofrecen la posibilidad de contrastarme con escenarios desconocidos que acicatean y estimulan el relato del merodeo, además de enfocar la mirada a fin de fotografiar y enriquecer el relato a posteriori.
Mejor viajar corto que ni siquiera hacerlo. “De un viaje no deberían quedar más que tres o cuatro señales, cinco o seis a lo sumo. De hecho, tantas como los puntos cardinales necesarios para orientarse”. Michel Onfray
Diario de la soledad (6): En este mes, además de relatar el microviaje, se me ha ocurrido entreverarlo con reflexiones sobre la soledad. En el viaje la sientes a cuerpo limpio, hiriente en muchos momentos, sobre todo cuando no puedo compartir lo que me gusta y lo que no. Me desplazo a cuerpo limpio, sin la protección de mi sabida cotidianidad y de mis rutinas, tan acogedoras siempre.
Cenas Raras (3): Reencuentro con un hecho que me es extraño e impropio de mi seriedad y que hacía un año que había abandonado: compartir mesa y cena con desconocidos. Lo mejor y lo peor de este acto hipersociable: las expectativas (mejor eliminarlas).
Colección de misceláneas (1): Teatro: Borges y Yo. Recuerdo de un amigo futuro; película de interés, pero con reparos.
Diario del espanto (1): Más de lo mismo, mi poca armoniosa relación con el mundo y sus habitantes, esta vez visto desde la perspectiva de lo que supone la relación con desconocidos y conocidos. Ni sé ahora como semejante obviedad me dio para armar una entrada bastante larga, además.
Monólogos sobre arte (1): Visita a Estampa, en Ifema, un sábado por la tarde, experiencia, sobre todo visual de la que apenas me acuerdo ya. Volví de Madrid pronto, escasamente estimulado.
Historias mínimas (1): Sobre todo y nada, sobre el vivir, tal vez; la fama, el éxito; Guillermo Arriaga y sus maravillosas novelas y Mi Charlie.
Carta a Lucía Mae (1): Mi querida nieta, por su decimoctavo cumpleaños.
La Fotografía: Plaza de Toros de Martos, al pie del Hotel Hidalgo. Lo mejor que me pasó en ese pueblo grande de Jaén, fue conocer ese hotel tan singular.