15 DICIEMBRE 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
Toledo
Soporte de imagen
-DIGITAL 50
Fecha de diario
2025-12-15
Referencia
11312

CENA RARA 10.2
“…Siento la agonía/de un millón y medio de neuronas/que van a morir, que han muerto ya./Buen muchacho, canta: Cumpleaños feliz Cumpleaños feliz…/…No puedo celebrar/la decadencia de mi cabello/las bolsas en los párpados/las mejillas caídas las arrugas en el entrecejo/y estas tres rayitas/que me han salido en la comisura./Y no despierto de este sueño, y nadie despierta ya de este sueño./Tema incluido en el disco de Mansilla y Los Espías «Literatura de Baile»
Sábado, seis de diciembre de dos mil veinticinco

… Una de las mujeres, de las dos que asistieron, pensé que no estaba tan alejada de mi edad, por lo que evalué, mecánicamente y sin querer la posibilidad de un íntimo encuentro con ella (es un inocente automatismo que me acompaña desde la niñez). Espero que esta información no trascienda porque es una cosa íntima y silenciosa, no vaya a ficharme la policía como potencial acosador, sea verdad o no, eso, ahora, ya da igual.
Habría asegurado que esa mujer era casi tan mayor como yo. Pero, resultó que ni mucho menos, que ni siquiera era sexagenaria. Todavía trabajaba (en una compañía aérea).
Sentada a mi lado, doblemente divorciada, con hijos ya emancipados y con un pésimo recuerdo de sus maridos que al parecer bordeaban la psicopatía, era simpática y comunicativa. No había tenido suerte en sus fallidos matrimonios, todo lo contrario; pero en absoluto parecía dañada.
También dijo, dada su ingrata experiencia, no querer saber nada de parejas, que ya se las arreglaba ella con su vida y necesidades. Pero, siendo tan joven todavía (59) podía cambiar de idea varias veces, tenía margen para realizar lo que le viniera en gana. Dijo tener planes para cuando le llegara la jubilación y todos pasaban por actividades colaborativas y sociales o participar en actividades grupales amateurs, como por ejemplo coros y danzas o algo parecido. No tenía un proyecto propio individual, y menos de carácter creativo.
Parecía una mujer feliz. Me cayó estupendamente.
Otro hombre más, en la cincuentena bien llevada. Discreto, poco dado a la exhibición personal, aunque sí sobradamente apto para la socialización, comunicativo, no omitió su profesión (empresa de sistemas de seguridad), y circunstancias familiares (soltero, sin hijos). Sobre todo, escuchó bien a lo largo de la cena.
Dado su saber estar, fue un placer compartir mesa con él.
En cuanto a mí, otra vez se daba la circunstancia de la gran diferencia de edad entre ellos y yo.
En ningún momento aprecié incomodidad por su parte, como en la cena anterior.
De la edad casi siempre se habla o se dice, yo no tengo ningún reparo en decir la mía, todo lo contrario, a pesar de la distancia que siempre se da: ellos cincuagenarios, yo septuagenario.
Prefiero decir mi edad por varias razones: la primera porque es verdad; la segunda porque marco territorio y distancias insalvables que elimina cualquier opción de contacto más allá del ámbito de la mesa (no me acostaré con ninguna de las mujeres, ni me haré colega de ninguno de los hombres); y la tercera, por pura frivolidad vanidosa, de perfecto gilipollas: me gusta cuando me dicen que no aparento mis muchos años, esa cortesía me hace mucha gracia…
La Fotografía: El mismo comensal de ayer, haciendo gala de una exquisita presencia, educada y atenta… seguramente, en ese momento, escuchando al asistente de su izquierda…

Pepe Fuentes ·