CENA RARA 10.3
“El hombre tiene una tendencia a socializarse, porque en tal estado siente más su condición de hombre al experimentar el desarrollo de sus disposiciones naturales. Pero también tiene una fuerte inclinación a individualizarse (aislarse), porque encuentra simultáneamente en sí mismo la insociable cualidad de doblegar todo a su mero capricho y, como se sabe propenso a oponerse a los demás, espera hallar esa misma resistencia por doquier. Pues bien, esta resistencia es aquello que despierta todas las fuerzas del hombre y le hace vencer su inclinación a la pereza, impulsándole, por medio de la ambición, el afán de dominio o la codicia, a procurarse una posición entre sus congéneres, a los que no puede soportar, pero de los que tampoco es capaz de prescindir. Así se dan los auténticos primeros pasos desde la barbarie hacia la cultura, la cual consiste propiamente en el valor social del hombre”. I. Kant
Sábado, seis de diciembre de dos mil veinticinco
… Todavía me quedan dos o tres cositas que contar: las asombrosas habilidades caligráficas del maître del restaurante: cuando tomó nota de la comanda se las arregló para que todos viéramos la originalísima letra que tenía (puro arte); se lo hicimos saber; y entonces él, para sentir el masajeo del elogio que estaba seguro de conseguir, le dijo a un compañero de mesa, que escribiera una palabra; y él la imitó con exactitud, no se apreciaba ninguna diferencia. Ese hombre era un virtuoso calígrafo, además sosteniendo la libreta en el aire, aparte de risueño y simpático.
Me estoy dando cuenta de que todos los que intervinimos en la cena del viernes fuimos estupendos, los mejores posibles (salvo una, que no tanto).
¿Estaría cambiando algo en mí comportamiento social gracias a las Cenas Raras? No me contesto porque no lo sé, aunque sospecho que no.
Quedaba una última participante, que he dejado para la última, quizá por envergadura física, a la vez de una peculiar y peligrosa manera de ser.
Vestida de negro y muy embozada (prendas de las que no se despojó), se acercó hasta la mesa con lentitud, entorpecida por un aparente sobrepeso y un bastón.
En la autopresentación habló de sus múltiples conocimientos que abarcaban distintas facetas del mundo de la psicología, entre ellas, criminología. Ejercía sus diversos magisterios en el ámbito universitario y además tenía planeado titularse en dos materias o carreras más. Le apasionaba estudiar y lo haría hasta el final. Dijo ella. Esa mujer parecía un prodigio de la naturaleza.
Pero algo no cuadraba en ella y enseguida supimos el qué…
La Fotografía: El discreto y casi pasivo comensal, con gesto escéptico ante la última incorporación de una mujer que llegó retrasada…