"...los leones viven sólo en los mundos muy secretos del interior de la vida, que es el lugar donde trabajan los artistas". Antonio Lobo Antunes
Entre la fotografía superior e inferior pasaron 24 horas. No; no es una tesis sobre cómo se ve afectada la materia por el paso del tiempo y la acción de un jardinero. Entre otras cosas porque no me llamo Santiago Sierra y no soy un artista conceptual con el firme propósito de aburrir hasta la náusea. Todo es más azaroso y, por tanto, más ligero e intranscendente. Lo importante no es esta imagen, sino el hecho de pasear indolentemente por el recinto del Castillo de San Jorge, un día cualquiera de hace tres años, fotografiar, porque sí, sin más y, para colmo del adorno y el placer caprichoso, volver al día siguiente, y repetir la misma fotografía, porque sí, porque algo sin importancia había cambiado y me hacía gracia, simplemente. Qué lástima, no conseguir ser un fotógrafo conceptual para así tener éxito.
…Bien, a lo que iba. Ayer comencé a escribir pensando en contar alguna de las fotografías que hice en Nava Fuentes, una soleada y ventosa mañana de Abril pero, caprichosa e inevitablemente, la cabeza se me fue por otro lado, aunque en paralelo a lo que quería contar. No era otra cosa que, cuando exploré unas casas derruidas (cuatro, en dos grupos de dos), observé que, en cada uno de los cuatro patios traseros, idénticos entre sí, el tiempo y el azar habían hecho que el aspecto de cada uno fuera diferente. Las circunstancias y los elementos habían sido iguales, pero la evolución sutilmente distinta, aunque sí parecida. Cuestión de matices. Quise fotografiar esa observación irrelevante, sin importancia de tan corriente, en dos de ellos. Porque sí, porque no se me ocurrió otra cosa mejor…
La primera función del arte es romper los hábitos de la percepción y volver nuevo lo viejo.
Enrique Vila Matas.