"Un hombre que escribe nunca está solo". Paul Valéry
pepe y las citas II: «Escribir es una forma de organizar la vida. Y la necesidad de hacerlo sigue presente aunque no se tenga público». Patricia Highsmith. No tener público está bien, al menos para mí. Creo. Lo que me ocurre es que esa aparente libertad, a la que no sería capaz de renunciar, a veces me lleva a sospechar o temer que lo que escribo no es real, que verdaderamente no escribo y todo es una fantasmagoría que me invento para vivir en otra dimensión que no es otra que la mía. Sea fantasía o realidad es lo de menos porque me sirve para ordenar mi literario malestar y mi fingida insatisfacción y así decorar la sangría del tiempo. Tratamiento paliativo a fin de cuentas. El formato que me conviene es el diario: un día, un desvarío. Sin que falte ninguno, no vaya a ser que precisamente esa falla, ese bache en el tiempo sea el que provoque el descarrilamiento y ya no me sea posible encontrar la vía por la que continuar la marcha. Sí, me parece que escribir y fotografiar es el necesario desdoblamiento irreal que me hace posible el viaje…
Vuelvo a presentar series. Obedece a dos razones: primera, no tengo otra cosa que contar, segunda, me siento urgido a terminar con el propósito de reordenar las series fotográficas, que no es otra cosa que un despropósito. He echado un vistazo al calendario y he comprobado que quedan dieciséis días para finalizar el mes. Par. Me he alegrado porque así incluiré dos series por capítulo. De esta forma será más entretenido, espero (este asunto, en demasiados momentos, me está resultando muy tedioso). Comenzaré con LA FOTOGRAFÍA. Es obvio y necesario que dedique un capítulo al soporte y lenguaje en que me suelo ocupar (aunque también paseo, veo cine en televisión y, de vez en cuando, leo un poco). También me dedico a mí mismo, aunque no sé muy bien en qué consiste esa incompresible tarea: «en realidad todos nos contamos la historia de nuestra propia vida con la ilusión de seguir siendo nosotros mismos: vivimos con la idea de que no podemos conocernos, pero sí narrarnos» Ricardo Piglia. La serie se titula: -El tiempo de la ilusión-. Recoge una selección de las primeras fotografías que hice, a lo largo de dos años aproximadamente (1978-1979). Las mostré en dos exposiciones consecutivas en sendas galerías (un prodigio de gestión que nunca he conseguido igualar). Fotográficamente, debí evitarme todo lo que he hecho después. Nunca he conseguido nada mejor en frescura, intensidad y pasión y, lo que es peor, gozar de una gran –ilusión– por lo que supuse que sería capaz de hacer (y que no hice).