"A través de los límites, pierde límites lo visible". Montejo Navas
A PROPÓSITO DE BERNARD PLOSSU (el fotógrafo que siempre ha estado de moda). Cuando llevaba solo poco más de un año decidido a hacer fotografías de las que hacían los fotógrafos-artistas (en el lejano mayo de mil novecientos setenta y nueve) apareció un número monográfico de Nueva Lente (la gran revista que se editaba desde hacía unos años y que representó la más furiosa modernidad rupturista de la fotografía de autor española) dedicado a este fotógrafo. Por aquel entonces, recién llegado a la afición fotográfica, necesitaba referentes por ser un paleto e inculto provinciano (ahora también, pero los referentes ya me importan una mierda). El caso es que quedé hondamente impresionado por las fotografías de este autor tan rabiosamente contemporáneo y, sobre todo, tan abrumadoramente elogiado. Monsieur Plossu, muy joven entonces, ya había tenido tiempo de viajar por todo el mundo y realizar trabajos de gran repercusión. Las fotografías que aparecían en ese número estaban entre los planos medios y largos, donde predominaban las descripciones naturalistas plenas de sutileza compositiva e interpretación personalísima (era un autor), y las distancias cortas, donde aparecían personajes de mirada intensa y actitud vital; también, composiciones donde incluía objetos convencionales así como espacios urbanos o cerrados, aparentemente prosaicos, en los que conseguía escenas de una proyección sugestiva, poética…
pepe y las citas LXXIX. MAR:
«El cabo entra en las aguas como el perfil de un muerto o de un durmiente con la caballera anegada en el mar». José Ángel Valente
«Éramos yo y el mar. Y el mar estaba solo y solo yo. Uno de los dos faltaba». Antonio Porchia
«El anhelo de cruzar nuestros límites». Rafael Argullol
«El dios y el mar. Y más allá, los dioses y los mares. Siempre». José Ángel Valente
«Mar y mar». Cristina Peri Rossi
DIGRESIÓN OCHO. Sofía, Marruecos (2018). Guion y dirección: Meryem Benm’Barek. Intérpretes: Maha Alemi, Lubna Azabal, Sarah Perles, Faouzi Bensaïdi, Nadia Niazi. Otra vez las leyes islámicas, con sus entramados legales dirigidos a oprimir y cercenar, minuciosa y enconadamente, las libertades individuales. El catolicismo, afortunadamente, desde hace casi dos siglos ha dejado esas nefastas y burdas prácticas opresoras. Ha utilizado, en buena parte del siglo XX, al menos en algunos países de Europa del sur, modos más sibilinos, como la coacción y los chantajes emocionales, aparte de los riesgos de exclusión social y maldades similares, pero al menos no nos han metido en la cárcel a los “infractores”. Es una película de mujeres, de muy malas mujeres, que urden estrategias fatales contra un chico aparentemente inocente. La peor de todas la tal Sofía, una casi niña, que es capaz de actuar fríamente para salvarse a costa de lo que sea. Historia bien contada, minuciosa en la observación de gestos de los personajes y en mostrar el mapa doméstico y particular de dos clases sociales distantes. Hay algunos momentos que me parecieron especialmente brillantes, como la reunión fatal de las cuatro mujeres en una terraza, de pie, con el mar batiéndose contra la playa pedregosa y una luz refulgente, urgidas por la necesidad de encontrar una salida conveniente para ellas; y el baile de la boda, espléndido también. Lo peor de esta crónica social es tener que ver la lastimosa cara de la joven arpía de principio a fin. No obstante, por su construcción y tempo narrativo, la película se deja ver con interés y nada en ella chirría o se desplaza hacia lo obvio. Estimable.