SUBSCONSCIENTE: las grietas en las paredes envejecidas siempre me han atraído hasta la obsesión porque siento que dicen mucho sobre mí...
Hoy es lunes, sin embargo este texto lo escribí el jueves día nueve. No me sentía con ganas de hacerlo; tampoco ninguna idea venía en mi ayuda. El dilema consistía en escribir o no. Sé que puedo renunciar a acompañar con un texto a la fotografía que aparezca, pero no quiero dejar de hacerlo. Ayer hablaba de la importancia de unir las palabras a las imágenes, pero no me refería a las que utilizo en el diario, porque éstas son de otra naturaleza y sólo se relacionan con las fotografías de modo descriptivo, tangencial o sugestivo. Las palabras del diario me sirven para contar cosas, las que me pasan y las que no (predominan éstas últimas). Las palabras que complementan las imágenes, son las que titulan una fotografía, o varias, como una serie, por ejemplo. La fotografía de hoy vive en la que llamo -quiméricos mensajes-. Es serie antigua y por ahora inmutable. Nada tengo que añadir a esta decisión.
…a las nueve y media cogí una escalera y salté un muro del patio de mi casa para inspeccionar una casa abandonada colindante con la mía. No me caí ni nada. La casa resultó decepcionante. No encontré motivo fotográfico alguno. Volví a mi casa saltando el muro en sentido contrario, claro. Tuvo gracia. En esa casa medio derrumbada buscaba una fotografía parecida a ésta, una estupidez porque la foto ya la tenía hecha. Comencé a sospechar que una cierta alteración de mi precario equilibrio mental y emocional avanzaba inexorablemente…
SOBRE -El Reino- Emmanuel Carrère (2014) V.
Por qué he llegado hasta estas descorazonadoras reflexiones? Sencillo, de un tiempo a esta parte tengo la inquietante sensación de que no tengo pasado o que no he vivido nada de lo que supuestamente me ha sucedido, aunque solo sea cronológicamente. A saber, tuve padres y un hijo, he tenido mujeres, he trabajado por cuenta ajena, me he hecho una casa, he realizado miles de fotografías y positivado otras tantas, he viajado, he cumplido muchos años ya y algunas cosas más. Bueno, por tener, hasta perros he tenido y ahora tengo al célebre Charlie Brown. Bien, pues todo eso, que han sido cuestiones normales y corrientes, nada de experiencias fabulosas, se me va desdibujando, tanto que hasta dudo seriamente que haya sucedido; o al menos no me veo dentro de los escenarios donde supuestamente ha tenido lugar. Consecuentemente, tampoco me veo como actor de nada de lo que se supone que ha sido mi vida. Un ejemplo: no quiero ver ni hablar con nadie y, en ese sentido, si me cruzo con alguien a quien conozco perfectamente desde hace tiempo, paso por su lado como si fuera un completo desconocido. No me siento capaz de reconstruir los momentos que hayamos compartido y que, inevitablemente, adquirirían vida por el simple hecho de cruzar un saludo. No quiero saber nada de lo que haya podido sucederme porque el paso del tiempo siempre lo convierte en un sinsentido. Borrón y cuenta nueva; sólo que ya no hay cuentas nuevas que hacer…