"MATRIMONIO. Estado o situación de una comunidad integrada por un amo, una ama y dos esclavos, que suman en total dos personas". Ambrose Bierce
La sociedad celebra alborozada el hecho; la religión también se muestra muy contenta; es más, si los contradices, te expulsan. Hay papeles, orden, continuidad de la especie, las familias se ensanchan, las generaciones se suceden, todo es bello y blanco, pero eso es otro espejismo, porque, como decían los surrealistas, «la vida puede que esté en otra parte«.
Momentos nupciales.L. y E., decidieron casarse. No me gusta participar activamente en estas celebraciones y pasivamente ni siquiera asistir, pero eran mis amigos; qué le vamos a hacer. Mi malestar con las bodas, posiblemente, tiene que ver con la sensación de que representan el final de un itinerario y la llegada a un lugar existencial que se prevé estático. Instalarse y que, a partir de ahí, las experiencias nucleares sean conservar el sitio y encontrar la forma de continuar sin morirse de inanición. La mayoría opta por reproducirse, pero eso es un espejismo porque es una circunstancia externa al hecho de la mutua compañía.
No desesperemos, después de todo la vida en pareja no es mala fórmula para conjurar soledades, tener vida sexual potencialmente estable (si no se olvida alimentar el deseo), crear alianzas y complicidades protectoras; cuidar de la mutua autoestima y tener a alguien con quien reír a mandíbula batiente. Aunque esto parezca un territorio idílico y aparentemente inalcanzable, a veces es posible, aunque suele ser muy vulnerable a la corrosión de los elementos y al ineludible transcurrir del tiempo. Las fuerzas que tiran hacia abajo crecen al abrigo de la normalidad y la costumbre, por eso, primero, hay que procurar crear un campo de cultivo que tenga poco que ver con lo «correcto», que a la larga siempre termina jodiéndote. Tengo noticias de matrimonios, con una larga vida en común, rica en experiencias, positiva para ambos porque han sumado sus fuerzas para transitar por el mundo, pero a esos nos les hacía falta casarse. Casarse no es gratuito, es una convención que quieren los demás y que suele estar cargada de peligros hasta los dientes.Aclaración: estas reflexiones nada tienen que ver con mis amigos que, aunque se casaron, tengo entendido que les va estupendamente.