En Nueva York, tontamente, me dio por mirar hacia arriba. No sé porqué…quizá por las bellas mujeres que habían subido a los edificios…
TRÍPTICO DEDICADO A WOODY ALLEN: Ayer vi una película, tarde, muy tarde: es de 2005. No voy nunca al cine. Las películas las veo en televisión porque ya no me gusta compartir pequeños escenarios para la emoción con desconocidos, prefiero la intimidad de mi casa (por si tengo que llorar). El filme era Match Point de Woody Allen, interpretada por Jonathan Rhys Meyers (actor desconocido para mí hasta ahora) y Scarlett Johansson, ambos esplendidos; pero, además, Scarlett, en la primera escena en la que aparece, me sedujo irremediablemente; me recordó a Lauren Bacall en su primer encuentro con Humphrey Bogart, en Tener o no Tener. Qué decir de la película? sencillamente que es soberbia. Contiene los ingredientes de la vida en estado puro: seducción, pasión, sexo abrasador, emoción, insatisfacción, mentiras, cobardía, crueldad, crimen, desesperación, amargura, arrepentimiento, tormento, azar, la suerte y la falta de ella, porque, en definitiva, la amarga y emotiva historia que nos cuenta Woody nos remite a la imposibilidad de la vida con mayúsculas. Menos mal que en este tiempo que nos ha tocado vivir está él, inmenso artista que nos ayuda a comprendernos mejor. Nos cuenta historias desde la sutileza emocional y cultural (atención a las lecturas del protagonista: F.M. Dostoievski, toda una pista de lo que estaba por llegar), con un corrosivo sentido del humor y una aproximación sin concesiones a las contradicciones del hombre actual (el de siempre). Woody Allen, es quizá, para mí, el artista actual más importante.
A propósito de Rafael Chirbes II: a partir de esa idea -que comparto- espero que no te importe haberme ayudado a componer estos últimos cuatro días de diario, porque me han gustado mucho las cosas que dijiste en la atrasada entrevista que leí hace poco; aunque eso no lo sabrás nunca.
ALGUNAS OPINIONES SOBRE LA FELICIDAD:
Agradable sensación que produce contemplar la miseria ajena. Ambrose Bierce
La sabiduría del detenimiento. Rafael Argullol
Felicidad, para qué, diría Unamuno. Estar contento lo es todo. Andrés Trapiello
La única manera de ser feliz es que te guste sufrir. Woody Allen
A propósito de Rafael Chirbes I: aparte de los testimonios personales, siempre importantes porque detrás hay una persona viva, lo que me llega como cuestión medular de su afortunada cita es –Pero, para hacer algo bien hecho, tienes que tener una idea del mundo en la cabeza-. Ese es precisamente el problema: conseguir encajar una imagen coherente de la idea del mundo, y a ser posible positiva ya que el empeño es hacer algo bien. Pero…la tarea no es fácil cuando es casi inevitable disolverse en la terrible confusión de afanes sin sentido y en el marasmo inevitable de contradicciones que supone el hecho de vivir. Ah, se me olvidaba, también es esencial en la cita de Chirbes lo de -si no escribo, no soy nada-
LA FELICIDAD ES PASION? Pasiones tendríamos que pedirle a Dios si nos atreviéramos a pedirle alguna cosa. Supongamos por un momento, que las pasiones hagan a más personas desgraciadas que felices; digo que, aún así, seguirían siendo deseables, porque es la condición sin la cual no se pueden gozar grandes placeres; y no merece la pena vivir si no es para tener sensaciones y sentimientos agradables; y cuanto más vivos son los sentimientos agradables, más felices somos. Gabrielle-Émilie Le Tonnelier de Breteuil. Marquesa de Châtelet
Releyendo el día de ayer, creo que da la impresión de que no me gusta Paul Auster; pero no, ni mucho menos, me gusta muchísimo. Lo que pasa es que a veces me pongo a escribir desaforadamente y apenas controlo lo que me sale y si luego me gusta (como es el caso), no me da la gana cambiarlo, ¡estaría bueno! También, a lo mejor, sin querer reconocerlo del todo, me da mucha envidia Paul Auster: escribe novelas estupendas, guiones, dirige películas, preside jurados de festivales de cine, sale en revistas, tiene muchísimo éxito y, por si fuera poco, es guapo (o atractivo), no sé, bueno; «el colmo». Además es capaz de que uno de sus protagonistas diga frases como: «Pero de momento todavía eran las ocho de la mañana, y mientras caminaba por la avenida bajo aquel radiante cielo azul era feliz, amigos míos, el hombre más feliz que jamás haya existido sobre la tierra»