"...y mido la irrescatable soledad de lo perdido…". Alvaro Mutis
Los maestros de estilo: también existen los estilos desdoblados o expandidos. Este efecto colateral consiste en lo siguiente: alguien consigue un estilo definido y de características muy marcadas (suelen ser gente de talento) y además tiene éxito público con su fórmula (sin este requisito no es fácil que el estilo en cuestión transcienda y prospere). A partir de esa situación, al estilo le surgen imitadores o epígonos (personas que utilizan el mismo lenguaje y soporte y adoptan las claves y filosofía del maestro). Por mi parte, no sé si en algún momento he seguido algún estilo determinado, quizá sí, pero no ha sido conscientemente. Esta fotografía, por ejemplo, podría tener un estilo asimilable al de Ralph Gibson, pero a mí este autor no me ha interesado especialmente, o al menos no más que otros, así que no sé.
Seguimos con el capítulo de las CIUDADES, en el que por petición del «fotógrafo» actuaré de introductor (creo que está algo aburrido de sí mismo). Caminando por cualquier calle, la mirada se dirige, automáticamente, a las fachadas de los edificios, única parte visible de los mismos. Es allí donde la mirada se detiene. Qué habrá detrás de lo que las fachadas esconden, y las puertas, y las ventanas. El «fotógrafo» siempre busca algo en las fachadas, pero claro, esas superficies verticales e inacabables, casi nunca muestran mucho más que una asepsia imperturbable e indiferente a la curiosidad de fotógrafos desorientados pero voluntariosos. Pero, cómo no rendirse, de vez en cuando a una configuración geométrica diferente, o levemente sugestiva, o a una textura cansada, o a un escaparate imposible, o a unas puertas herméticas y eternamente cerradas. Pues eso, a mí como al «fotógrafo», me interesan las fachadas de los edificios secretos. Como no podía ser de otro modo, la serie se titula: -Allí, donde la mirada se detiene-
TODAVÍA NOS QUEDABA JOAQUÍN TORRES GARCÍA (el sábado once de julio). Sí, porque la obra de este pintor siempre me ha interesado sobremanera. Los movimientos de sus composiciones, tanto espaciales como cromáticos, configuran figuras y relieves de orden constructivo. La amalgama de cuadriculas de color y textura mantienen un ritmo interno mágico. La armonía que irradian sus cuadros y esculturas contiene una belleza que se inscribe en un más allá mitológico y metafísico, pero sin cerrar nunca el relato como compleja e inagotable posibilidad. Inspiradores. Probablemente, a Torres García, le tengo frecuentemente presente a la hora de fotografiar determinados motivos, caros para mí. Tanto en mi manera de ver la fotografía urbana como, incluso, fotografía de personas, sobre todo en contextos urbanos. Con Torres García dimos por terminada nuestra gozosa visita a Madrid, el sábado once de julio.
LA VIDA INMEDIATA XXI. En algún momento del tiempo algo así llega, me dije. El razonamiento no me consolaba pero me ayudaba a sobrellevarlo. En urgencias me hicieron pruebas de coordinación, análisis de sangre y una radiografía de cervicales. Una hora después el diagnóstico: …un circunspecto doctor me dijo que tenía las cervicales machacadas, o algo parecido, y que además eso no tenía arreglo. Lo entendí. No era difícil, si algo está deteriorado difícilmente se puede reconstruir y menos si son huesos que cubren materia sensible. No sé, lo cierto es que no entiendo nada del asunto pero sí deduje que si ya había pasado: falta de riego sanguíneo en el cerebro por obstrucciones y roturas en el conducto que hace pasar el flujo de lo que sea que alimente mi cabeza, en cualquier momento podría volver a pasar y durante más tiempo. Me sentía jodido. A partir de esa situación, al parecer, debía ver a varios especialistas, un cirujano y un traumatólogo. Sí, indudablemente, estaba jodido…