Carreteras hacia la épica…tantas y tan bellas historias…
A
«Creemos ser víctimas del tiempo, dijo el gitano. En realidad el mundo sigue un camino que no está fijado en ningún lugar. ¿Cómo iba a estarlo? Nosotros mismos somos nuestro tiempo de viaje. Y por eso también somos el tiempo. Huidizos. Inescrutables. Despiadados.» Cormac McCarthy
DIGRESION TRES: Hell or High Water (Comancherías, 2016). EE.UU. Dirección: David Mackenzie, Guión: Taylor Sheridan. Música: Nick Cave y Warren Ellis. Intérpretes: Jeff Bridges, Chris Pine, Ben Foster, Gil Birmingham, Katy Mixon, Dale Dickey. Tiene el aroma de las grandes y legendarias películas de aventuras y acción con sentido. Nada en ella es vacuo o impostado. Sus protagonistas son reales, todos, rebosantes de determinación y derrota. Lo que sucede en esta enérgica historia entra por mi mirada hacia el corazón y una cierta convicción de que casi todo en la vida está destinado a las fatales e ineludibles pérdidas. Me llegó directamente al centro mismo de mi capacidad de gozar con el cine. Me apasiona el espíritu del western, las inacabables llanuras y las pequeñas carreteras que se pierden en el horizonte, como si yo fuera un valiente. Por eso hemos ido dos veces a recorrer el sur de Estados Unidos, de este a oeste y al revés (curiosamente, en un momento de la película, uno de los protagonistas va camino de Ruidoso, en Nuevo México, pueblo donde celebré uno de mis cumpleaños, hace unos años ya). Cada uno de los personajes actúa con una generosidad incondicional hacia sus compromisos y sus propias convicciones, sin importar las consecuencias. Sí, valientemente, como hacen los héroes. Y el sentido de esa épica te llega directamente a los sueños de lo que se podría ser sin conseguirlo nunca. Pero sueñas, y esa es una de las indudables virtudes de esta magnífica película, que te remite a lo más grande y a lo más pequeño del ser humano, cabalgando por las llanuras y los desolados pueblos del sur, siempre del Sur.
DIGRESIÓN TRES. La novia del desierto. Argentina (2017). Guion y dirección: Cecilia Atán y Valeria Privato. Intérpretes: Paulina García y Claudio Rissi. Dos personas, un hombre y una mujer, maduros ambos, que, por imprevisibles y azarosas circunstancias, se encuentran en un pequeño poblado de la pampa argentina. Él es vendedor ambulante, tierno, sonriente y experimentado, que deambula por la inhóspita pampa para ganarse la vida precariamente; ella, una asistenta doméstica que se ve obligada a viajar para llegar a otra casa, donde la reservan un trabajo igual al que lleva realizando cuarenta años. Entre los dos nada que pueda unirlos, salvo una carretera interminable y desierta. Y una imperiosa necesidad de afecto, de compañía e incluso de algo de sexo. Tanto Paulina como Claudio, los actores que los interpretan, ofrecen un recital de sencillez y autenticidad. Cecilia y Valeria, las directoras, ofrecen una historia igualmente austera, escueta, pero emotivamente vibrante. Los movimientos de cámara son descriptivamente sensibles, tanto en el modo de tratar los anchos paisajes, como en la distancia corta con las expresiones de los personajes. Justo y equilibrado el tempo narrativo. Los intérpretes, especialmente Paulina, es un prodigio de expresividad: tímida, callada y amedrentada ante todo lo que nunca ha vivido hasta ahora, al mismo tiempo que se muestra valiente y decidida. Sus breves y titubeantes momentos de risa con Claudio son un estallido de sensibilidad y vitalidad contenida. Sencilla y luminosa composición sobre la naturaleza de buenos seres humanos.
El viaje…de dos mil ocho…Treinta y uno de julio, jueves, volamos a Estados Unidos. Breve estancia en Chicago. Luego, el plan: cruzar el país de oeste a este, por el sur, pasando por los estados de Nevada, Arizona, Nuevo México, Texas, Louisiana y Florida. Tenemos previsto terminar el veintiuno de Agosto. No somos aventureros, tampoco pretendemos heroicidades, sólo nos gustan los viajes tranquilos con libertad de movimientos y fotografiar lo que se presente ante nuestra mirada, azarosamente, sin más. Los prodigios para los prodigiosos.