"...O a los que, pertrechados de virtudes y creencias, se erigen en jueces y verdugos de los semejantes que no se les asemejan". Gonzalo Suarez
DOS…Sería tremendamente penoso que no consiga encontrar la «punta» del hilo que me lleve a la piedra angular que sostendrá todo el entramado antes del final. Roberto Calasso «se refiere a la palabra sánscrita, bandhu, que significa conexión, el hecho de que las cosas cobran su significado al establecerse su conexión con todo lo demás». Intento averiguar el por qué he hecho unas cosas en detrimento de otras; el por qué he realizado unas fotografías y no otras (es casi tan importante lo que no se hace como lo que sí), y si todo eso, finalmente, tiene algún sentido y explica el «algo» de lo que me he traído entre manos durante tanto tiempo. Intuyo que carece de importancia el valor del supuesto y dudoso «interés fotográfico» de mis imágenes. No, no soy un virtuoso captador de matices lumínicos, ni un prodigioso realizador técnico, tampoco un pulcro artesano del revelado, ni un conceptual sistemático, incansable y terriblemente aburrido, o un animoso y bondadoso antropólogo que fotografía en lugares lejanos (conditio sine qua non); y ni mucho menos un testigo excepcional de guerras y catástrofes destinado a remover conciencias y a pasar a la historia. Tampoco un precursor de los que abren rutas y marcan hitos en la historia del lenguaje al que se dedican; aunque, quizá, es lo que más me habría gustado porque esos son muy importantes y pocos. Mejor los pocos que los muchos; o tal vez eso de igual…
TRILOGIA DEL «ALGO». UNO. El quid formal de ese innombrable anhelo: conseguir que todo se relacione entre sí. Que haya un sutil y prácticamente indetectable hilo conductor que todo lo arme y conforme. Sin él, todo carecerá de sentido. La pregunta que me inquieta hasta el desfallecimiento es: ¿será posible encontrar ese hilo de Ariadna? Deseo que sea así. Cómo? Trabajando incesantemente a impulsos automáticos, o tal vez irreflexivos. En mi caso es imposible que pueda ser de forma ordenada (y reflexiva). Soy incapaz de trabajar con un plan sistemático y de largo alcance. Sí, como el que se propone escribir una historia universal y la culmina treinta años después (experiencia que puede ser nefasta, porque luego no habrá historia universal II y todo acabará mal). Lo mío es el desorden y que no termine nunca. No puede ser de otro modo si cada día dependo de un estado de ánimo igual y diferente al mismo tiempo. Unos días, una obsesión, y el siguiente, otras; aunque se parezcan mucho, las variantes me hacen perder el aliento y detenerme en el camino hacia un virtuoso horizonte lejano. Es lo que hay, con lo que cuento, y no otra cosa…
P.S. Curiosamente, después de tener escrito este texto, me encontré con un párrafo del libro que estoy leyendo, El Encargo, de Friedrich Dürrenmatt, que tiene mucho que ver con mis propósitos: «Conocida por sus retratos fílmicos, la F., que se había propuesto recorrer nuevas vías y se aferraba aún a la idea de realizar un retrato global, el de nuestro planeta, esperando conseguirlo a base de ensamblar escenas casuales en un todo…» eso sí, yo al planeta no llego; sólo aspiro a lo mío, y ya voy apurado…
Hoy, los católicos celebran lo que ellos llaman –viernes santo-. Nunca entenderé cómo es posible que unos hechos improbables y unas palabras imposibles y manoseadas hasta la nausea se repitan y permanezcan a lo largo de milenios. Está fuera de mi alcance comprenderlo. A lo mejor es que no tengo cerebro y sólo soy un saco de contradicciones e incertidumbres. Algunos años, este mismo día, nos hemos acercado a una ciudad distante, a ver a los creyentes de la homologada religión católica en plena catarsis del tambor. Es una oportunidad para fotografiar rostros contraídos por el esfuerzo y la mística. Sólo eso. El sacrificio por la causa fotográfica es enorme, porque detesto la cultura popular, y si es de orden religioso más. Cuando veo a alguien disfrazado con cualquier uniforme de cualquier fe, me dan ganas de correr desesperadamente en sentido contrario. Este año no hemos ido así que coloco tamborreros de otro año.