El viajero desorientado se murio esperando al tren en una vía muerta…
ESTA WEB SE ACABA ENSEGUIDA POR CONDICIONANTES TECNOLÓGICOS, pronto, muy pronto. La empresa que mantiene el servidor me ha comunicado que hará una migración a una nueva plataforma que implicará, inevitablemente, cambios en la programación porque si no comenzará a tener serios problemas de funcionamiento. Me cuesta entrar en la terminología que no me es propia, y mucho más saber qué sucede realmente en las entrañas de los mecanismos que hacen funcionar este tinglado tecnológico, pero sí intuyo lo esencial, que no es otra cosa que, o me amoldo al ritmo y evolución de la arrolladora velocidad de los ultra soportes donde depositamos nuestra vida y hasta nuestros sueños, o ese vertiginoso tren que no para a esperar a nadie se alejará y ahí me quedaré, varado en el inmenso, solitario y cada día más despoblado territorio analógico. Bien, a partir de ahí, se hace preciso encontrar soluciones o mandar este asuntillo tan «creativo» a hacer puñetas y dedicarme a los crucigramas. O a la ensoñación pensativa. Melancólica…
BIEN, ME PUSE EN MARCHA, sin saber qué me depararía la solución. Para empezar, había que encontrar a personas o empresa que pudieran ayudarnos (Naty está tan metida en la actividad de la web como yo). Primero intenté recurrir a quienes hicieron la actual pero ya no estaban como tal empresa en el mercado; luego, lo intenté con el que fue el programador pero tampoco estaba disponible para un proyecto así (pequeño para él) así que me derivó a uno de los profesionales que creó la que ahora tenemos y que lleva en funcionamiento bastantes años ya. El primer contacto fue muy positivo porque David, así se llama el antiguo conocido, se mostró muy predispuesto a asumir el trabajo. Además de conocer el proyecto sabe de mis planteamientos estéticos y lo que necesitamos. Por si fuera poco, es un hombre encantador en el trato y técnicamente me merece total confianza…
…TODO EMPEZABA A PEDIR DE BOCA. David me propuso dos alternativas: a) reparar y adecuar esta web a la nueva situación, pero claro, como dijo él, era como parchear un coche viejo que podría seguir funcionando, pero anticuado y renqueante y b) hacer todo nuevo, lo que supondría estrenar un coche flamante, con todos los avances tecnológicos incorporados. Obviamente, la segunda oferta era la más atractiva, pero comportaba un problema sofocante, el precio se multiplicaba por tres, además de suponer un trabajo brutal por nuestra parte. Por ejemplo, redimensionar todas las imágenes a mayor definición (y son más de ocho mil) además de otros muchos aspectos de diseño y reconstrucción del contenido. Gran dilema. Veremos qué decidimos. Ahora estamos en plena vorágine de evaluación de ambas opciones. La gran cuestión a la que tengo que responder: hasta qué punto me compensa invertir una gran cantidad de dinero (carezco de fortuna, soy bastante pobre) en algo que no tiene ninguna proyección más allá de la intimidad de mi estudio? Ante los dilemas avanzo torpemente, así que será Naty la que decida porque, además de ser muy resolutiva, es la más inteligente de mi casa (y después el Chuchi, pero no le preguntaré)…
…HEMOS REFLEXIONADO Y FINALMENTE, después de contar nuestro dinero y nuestras fuerzas, hemos decidido meternos en un proyecto a estrenar. El trabajo extenuante durará no menos de tres meses. Haremos una nueva página en la que, si bien los contenidos serán más o menos los mismos, habrá algunas novedades en el concepto y enfoque en cuanto a la presentación de fotografías. El diario permanecerá igual. Aumentará la calidad de resolución de imágenes y mejoraremos el dinamismo de navegación, también llamado intuición, al parecer. Sí, eso es una aspecto fundamental en estos tiempos, si la página es intuitiva o no. Estamos arreglados. Lo más claro de todo es que esta será la última versión de pepefuentes.com. Desde hace un poco de tiempo tengo la sensación que todo lo que emprendo es lo último. Cuando este modelo quede obsoleto, yo también lo estaré y entonces todo habrá acabado. Ahora ya lo estoy, pero todavía respiro y no quiero quedarme tendido en la vía muerta, a morir. Será pronto, pero no, todavía no.