La voluntad siempre es mas potente que la fuerza…

Fernando Castro Flórez es un tipo de Plasencia, al que, naturalmente no conozco. Es más joven que yo, pero a mí no me lo parece porque he visto imágenes de su aspecto físico reciente en la red, y no, no tiene mi inmarchitable «prestancia» ni mucho menos. Es un filósofo especialista en estética, sí, eso también dice la red. Y por qué escribo hoy refiriéndome al señor Castro? Sencillo, porque me he tropezado con una crítica doble (o simplemente enterada reseña), en la cual el señor Castro, gran entendido en estas cosas, dice que el señor Madoz y el señor Fontcuberta son dos maestros indiscutibles de la fotografía española (el mundo ya sabe lo que opino de ambos, y si no lo sabe, que no, que no lo sabe, pues ni falta que hace, porque ni siquiera yo me acuerdo). Me han impresionado mucho algunas de sus frases sobre sendas exposiciones: la del señor Madoz, que no tiene título, me parece, y la del señor Fontcuberta, que expone una serie Gasterópoda, pero en plan artista, no como la mía (noviembre del año pasado, en este diario) que realicé en un día y en plan aficionado, sin propósito ni sentido. Bueno, el caso es que el señor Castro, con su ocurrente escrito, dice cosas muy importantes del trabajo de estos dos grandes maestros, que seleccionaré e incluiré mañana y pasado…

…El señor Castro (don Fernando) escribe con profundidad analítica y mucho sentido sobre el señor Madoz (don Chema), en estos términos:
«Es un artista fascinado por los reflejos especulares y el enigma de la sombra, dispuesto a sacar partido de las duplicaciones y de los sentidos fronterizos. Ironía penetrante»
«En la obra de Madoz nunca falta la dimensión más lúcida del juego y, por supuesto, una atmósfera de la ironía más penetrante. Instantáneas de un arte que tendríamos que calificar como hipertélico, en el que los objetos, sus reflejos y sombras, fueron marcando una línea de fuga; un impulso de suplementariedad, de simulacro y de fasto; una dinámica de metamorfosis extraordinarias y, al tiempo, cotidianas, como si esas rarezas estuvieran ya ahí ante nuestros ojos y él tan sólo hubiera sido el maestro silencioso que, con extrema elegancia, nos las muestra»
«He calificado, en otras ocasiones la obra de Madoz como un prodigio de magia ocurrente, que va más allá de la poética surrealista del «objeto encontrado» y la chispa imaginaria de las greguerías. La metamorfosis de lo real que emprende Chema Madoz ha sido comparada con los objetos poéticos de Brossa, con el que comparte tanto el sentido del humor cuanto la imaginación desbordada y la capacidad para conseguir asociaciones siempre «evidentes». Fernando Castro Flórez (de origen Placentino)…

…El señor Castro (don Fernando) escribe con profundidad analítica y mucho sentido del señor Fontcuberta (don Joan), en estos términos:
«Sin duda, no hace falta estar afectado de melancolía para contemplar una realidad erosionada en la que parece que nada conservara la imagen deseada».
«Fontcuberta sigue desplegando su lúcida reflexión sobre la condición de la fotografía, insistiendo en la capacidad para generar ficciones, poniendo en práctica el concepto de autoría sin caer en la retórica post-estructuralista. Los caracoles son unos involuntarios «agentes colaboradores», por emplear un término que utilizaba Nacho Criado, que dejó que las termitas completaran sus esculturas o atacaran una venerable colección de revistas de arte».
«Lo que vemos es un residuo excrementicio, pero también un montaje divertido que parece evocar la estética «decollagista». El tiempo devorante de los caracoles nos interpela tanto como ese tic tac que Madoz repite en un reloj, tal vez porque es el momento para intensificar, sin prisa pero sin pausa, la astucia».Fernando Castro Flórez (de origen Placentino).