Por esos intrincados pasillos deambulan hombres y mujeres de uniforme, con semblantes pálidos; manejan cuerpos postrados y desfallecidos. También hombres y mujeres, sin uniforme, pálidos y desorientados, dan y reciben consuelos imposibles, en el edificio de ladrillo rojo,…
6 NOVIEMBRE 2004
© 2004 pepe fuentes