Estos son dos delfines, también atentos a cumplir las instrucciones de sus domadores. Probablemente, el más listo y habilidoso, además de obtener alguna ración extra de aplausos y comida, pase a formar parte de la historia del Brookfield Zoo de Chicago y se expongan fotografías suyas realizando saltos prodigiosos. También puede que se estudie en escuelas de amaestradores su aportación a la evolución del indudable arte plástico de los delfines-artistas.
7 JUNIO 2005
© 2004 pepe fuentes