LOS HOMBRES QUE TOCABAN Y CANTABAN RUMBAS. El hombre que a veces reía.
A veces reía, otras permanecía impasible y otras actuaba. Tocaba un instrumento de percusión sencillo que no sé como se llama. Se mantenía en un segundo plano; no era uno de los líderes del grupo, o al menos eso denotaba su actitud, más bien pasiva. Tenía una cierta elegancia, austera y contenida, en contraste con el resto del grupo.