LOS HOMBRES QUE MIRABAN TOCAR Y CANTAR RUMBAS.
Llegó, buscó un sitio que le proporcionara una buena visión de lo que ocurría y se mantuvo quieto, mirando. No hacía nada, sólo miraba. Su expresión no traslucía emociones ni sentido del ritmo que sonaba (rumbas afrocubanas). Le fotografié y me olvidé de él. Ahora está aquí, mirando otra vez.
29 JUNIO 2005
© 2003 pepe fuentes