Sobre estúpidos mimetismos: hubo un tiempo que lamento y del que me ha quedado esta fotografía y algunas más. Por qué? Sencillo, tuve unos amigos (entonces) que me ofrecían su mundo estético y sus inquietudes filosóficas y pseudoreligiosas. Como los respetaba intelectualmente, y además éramos «amigos», yo hacía mío todo lo que me endilgaban bajo un halo de alta cultura aderezada de fenómenos mistéricos y percepciones sólo para iniciados. Lo tonto de mi actitud es que intuía que lo que me contaban era una falacia y, realmente, me importaba un bledo. Fotografié enclaves como éste que me proporcionaron resultados formalmente estimables (como la fotografía de mañana) pero que, al fin y al cabo, sólo eran piedras muertas con «mensaje» (según ellos). Nada que ver con la vida, ni las piedras ni las monsergas de mis amigos, sí mi falta de personalidad.
8 JULIO 2006
© 1981 pepe fuentes