Cuatros años después viajé por la misma zona y me acordé de la fotografía de ayer y del negativo herido. No pude resistirme a realizar una nueva toma, aunque suponía desviarnos de la ruta y emplear varias horas en reparar la «avería». Esta es la fotografía que me liberó del malestar que me ocasionaron los malditos arañazos. Así son las cosas y las manías.
24 JULIO 2006
© 2003 pepe fuentes