La gente sale en masa y recorren las calles con túnicas y tambores que aporrean durante horas, siguiendo a cristos de madera crucificados. Parecen muy involucrados y entusiasmados con lo que se traen entre manos, y adoptan gestos y posiciones de gran apasionamiento que a mí me gusta fotografiar, aunque me canse y asuste un poco su ferocidad. Otras gentes se paran en las aceras a verlos pasar: la historia que sucederá está servida.
«Siempre conservo la esperanza de conseguir hacer un cuadro con gran número de figuras sin una historia».Francis Bacon