PASEO POR UN PAISAJE ASPERO: es un campo rudo y desapacible por el que a veces me gusta caminar a la salida del sol. Tormentas lejanas de las que se desprende un relámpago de vez en cuando, perezosamente. Cada cinco segundos, me cae una gota de agua que se evapora inmediatamente, pero que me hace proteger el objetivo de la cámara. Las tormentas del horizonte no llegarán a nada, veo claramente que les falta consistencia y determinación. A mí también. Me estorba mucho la cámara para salvar obstáculos y remontar desniveles aunque, de vez en cuando, me animo a fotografiar.
2 OCTUBRE 2006
© 2006 pepe fuentes