EXCURSIÓN AL FINAL DE UN CAMINO CUALQUIERA: en el último momento, antes de salir hacia ninguna parte, al coger las llaves para poder entrar a mi casa cuando volviera, me acordé de mi vieja cámara y decidí llevarla conmigo. Me puse en camino; el sol también estaba a punto de hacerlo. Aunque vivo lejos, no me arredré y decidí caminar con buen ánimo. No tenía nada que hacer y al día siguiente tampoco. Pensé que era un buen momento y me importaba una «mierda» que los trenes pasaran sin parar. Durante unos instantes uno (de alta velocidad) me adelantó (cómo no, si yo caminaba despacio), pero me traía sin cuidado porque a mi no me interesa ir a ningún sitio y mucho menos deprisa, vivo lejos y volver sería muy cansado. No puedo incluir ninguna fotografía de un tren porque no la tengo ni pienso hacerla, aunque sí de la zona por donde caminaba.
5 OCTUBRE 2006
© 2006 pepe fuentes