Llegó el momento de volver a la aldea (Barcelona), cosmopolita, bella y muy poblada, pero aldea a fin de cuentas porque los palurdos (*) predominan sobre los cosmopolitas. Peor para ella y ellos.
Esta es mi última visión fotográfica desde el barco, a la salida de Cerdeña. Me gusta. Creo que transmite la belleza y frialdad desapacible del mar al atardecer, cuando la luz es brillante, agónica y al mismo tiempo cargada de presagios inquietantes. La noche llegará pronto al mar algo irritado y será doblemente noche y doblemente tenebrosa.
(*) sinónimo de palurdo: nacionalista beato, gritón e ignorante.